Las medidas chinas destinadas a moderar el crédito -excluyendo los bonos de riesgo del colateral utilizado para los pactos de recompra- no han gustado a los mercados, que siempre temen que una desaceleración se traduzca en caídas ruinosas. Ayer, el índice Shanghai-Shenzen CSI 300 de China subió un increíble 10%, entre el mínimo y el máximo del día.
En última instancia, el índice perdió más del 4%, vulnerable como estaba a una corrección después de los recientes aumentos pronunciados. Hoy se recuperó un poco (+0,7%) pero toda Asia parece débil: -1,3% hacia el final del día para el índice MSCI Asia Pacific. Las bolsas, además de los acontecimientos chinos, también están preocupadas por un posible retorno de la crisis griega.
En China, los datos de precios internos aumentan los temores de deflación. Por 33° mes consecutivo, los precios al productor presentan variaciones negativas en el año, que llegaron a -2,7% en noviembre. Los precios al consumidor marcan otra desaceleración, a +1,4% desde +1,6% el mes anterior.
El Nikkei se vio afectado por el regreso a la fortaleza del yen, que de 121,5 frente al dólar el viernes ahora es de 118,8. El euro también se fortaleció frente al dólar, y está justo por debajo de 1,24. El oro saltó a 1232 $/onza mientras que el petróleo se mantuvo en los valores de ayer por la mañana, en 62,9 $/b (66,1 para el Brent). Los futuros de Wall Street son estables o ligeramente negativos.