El comercio del arte también se ha visto afectado por los aranceles del “Día de la Liberación” del presidente Trump. Por ahora, la lista de bienes a los que se aplican aranceles estadounidenses no incluye obras de arte. Pero otros países han tomado como blanco al arte imponiendo aranceles de represalia a los productos estadounidenses. Entre ellos se encuentra el Reino Unido, que ha publicado una lista de artículos que podrían verse afectados por derechos de importación en respuesta a los aranceles del 10 por ciento que Trump impuso a las importaciones estadounidenses de productos británicos. Esto incluye pinturas, dibujos y esculturas de cualquier material que tengan menos de 100 años de antigüedad, así como fotografías, grabados y otros materiales impresos. Además también objetivos y equipos para cámaras, así como marcos de madera para cuadros, fotografías u objetos similares. Para el resto de Europa la situación aún no está clara, las dudas, los temores y las incertidumbres recaen sobre todos los operadores del mercado del arte. El coleccionismo seguro que no crecerá con esta situación, tomará más tiempo también debido a los mercados financieros que por el momento no dicen nada positivo.
Próximas ferias comerciales en EE. UU.: qué esperar
Próximamente se celebrarán nuevas ediciones de ferias en Estados Unidos en las que participarán, como en ediciones anteriores, varias galerías de todo el mundo, que sin embargo podrán tener que revisar dos veces sus documentos de envío. Si bien los aranceles estadounidenses pueden no aplicarse actualmente a las obras de arte, sigue habiendo cierta incertidumbre con respecto a las antigüedades, los objetos decorativos y los muebles, que pueden enfrentar aranceles adicionales. Y los aranceles de represalia de otros países podrían complicar aún más las cosas.
¿Crecerá el mercado interno?
Es recomendable que los operadores que deseen participar elaboren una documentación precisa de todas las obras de arte que pretenden exhibir, ya que las tarifas se determinan según el país de origen, es decir, el país en el que se creó físicamente la obra de arte. Sin embargo, puede ser preferible retrasar los envíos hasta que las regulaciones estén completamente codificadas y aclaradas, en cuyo caso podrían tener que soportar costos de almacenamiento adicionales. Pero por ahora solo hay caos. Por supuesto, sin claridad, los coleccionistas podrían volverse más reacios a comprar, al menos a nivel internacional. Esto significaría que el mercado se desplazaría hacia ferias y subastas locales dentro de su propio país. Se favorecerán las galerías con sucursales en varios países, lo que significa que las organizaciones más pequeñas probablemente sufrirán menos los efectos de una inminente guerra comercial. Pero siempre es mejor prepararse para no llegar desprevenido y planificar el propio relanzamiento y presencia nacional, que en los últimos años ha estado un poco descuidada para hacer frente a los mercados exteriores. En este caso la hierba no es tan verde en el otro lado.