Mil trescientos millones: la mayor parte (1.100 millones) al grupo Eni, los 200 millones restantes a Edison. Este es el importe de la maxifinanciación concedida por el Banco Europeo de Inversiones en apoyo de un plan plurianual de 2,7 millones presentado por el grupo energético italiano para reforzar la seguridad energética de nuestro país, en particular en lo que se refiere al suministro de gas. El plan incluye 26 proyectos para la construcción de nuevas plataformas frente a la costa italiana, así como para el mantenimiento y modernización de plantas y pozos existentes. Algunos de estos proyectos serán realizados por Eni con la participación de Edison. El contrato relativo al primer tramo del préstamo (200 millones) acaba de ser firmado por las dos partes.
Eni considera que el plan es "altamente estratégico para Italia", teniendo en cuenta que el 70% de nuestros suministros de gas provienen de países no pertenecientes a la OCDE. Países que, en términos de suministro de productos energéticos, presentan un "riesgo geopolítico" mayor que los pertenecientes a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. Por ello, el Banco Europeo de Inversiones considera que la participación en la financiación del plan en cuestión “es una de las líneas tradicionales de intervención”. Uno de los cuales se refiere precisamente a la seguridad de las fuentes de suministro de energía.
Los préstamos que el BEI concedió recientemente (como informó Firstonline el 24 de octubre) a dos empresas del grupo Eni se refieren a esta línea de intervención. Uno de 300 millones destinado a Italgas para la optimización de la red de distribución. Otros 65 millones de euros destinados a Snam Rete Gas para la finalización del gasoducto desde Zimella (en la provincia de Verona) hasta Cervignano d'Adda (cerca de Lodi) y para la sustitución de cuatro turbinas en la estación compresora de Messina.
Estas intervenciones de suministro de energía deben verse en el contexto más amplio de la estrategia del BEI, que es el banco de la UE para préstamos a largo plazo, en apoyo del crecimiento equilibrado y sostenible de la economía europea. Una "misión" que, en tiempos de crisis como aquel del que aún no ha salido Europa, se vuelve cada vez más crucial. Y eso ha llevado al BEI a reforzar aún más la especificidad y amplitud de los instrumentos a su disposición para alcanzar los objetivos que la Unión Europea le ha asignado.
Estos objetivos fueron mejor concretados el pasado mes de julio por el Consejo de Administración del BEI. Que, también sobre la base de los resultados de una consulta pública abierta a las partes interesadas, había confirmado la elección realizada a finales de 2012 de asignar prioridades a las intervenciones para las redes de energía, las fuentes renovables y la eficiencia energética, así como para las de investigación y innovación. Sin embargo, sin perder el compromiso tanto de apoyar el crecimiento económico en general como de combatir el desempleo, especialmente entre los jóvenes. Y, "por último, pero no menos importante", reiteró al son de los euros (tres mil millones más de lo previsto, del 14 al 17, de préstamos en el año que está a punto de terminar) el apoyo a las pequeñas empresas europeas (que, si ayudan financieramente, son los que pueden aportar la mayor contribución al crecimiento del empleo) y a las "mid-caps", es decir, aquellas que tienen entre 250 y 3.000 empleados.
“Para responder a la crisis, el BEI –afirmó el mes pasado su presidente Werner Hoyer con motivo de una audiencia en el Parlamento Europeo– ha dado un verdadero giro en U al activar una política anticíclica en lugar de su propensión consolidada cíclico. Un punto de inflexión posible después de que los estados miembros de la UE, que son los accionistas del Banco, aumentaran su capital en un total de 10 millones”.
Gracias a este avance, el Banco Europeo de Inversiones ha podido anunciar ahora que el volumen total de préstamos que se concederán el próximo año ascenderá a 70 millones, el mismo techo alcanzado este año. Al mismo tiempo, en su calidad de accionista mayoritario, contribuyó a la ampliación de capital del Fondo Europeo de Inversiones, y se comprometió a poner a disposición otros cuatro mil millones en los próximos siete años para reforzar las garantías que el propio FEI atribuía a los préstamos que los bancos conceden a las PYME sobre la base de los préstamos del BEI.
El FEI, presidido por el vicepresidente del BEI, Dario Scannapieco, es una institución financiera (pero no un banco) que proporciona capital de riesgo a las pequeñas y medianas empresas europeas, en particular a las empresas de nueva creación y las actividades de alta tecnología; y también ofrece garantías a instituciones financieras, como bancos, para cubrir sus préstamos a las pymes. “El Fondo Europeo de Inversiones -dice Werner Hoyer- es una poderosa herramienta que puede ayudar a las pequeñas y medianas empresas a obtener préstamos cuando, como en este período, el acceso al crédito es más difícil, especialmente para las empresas más pequeñas”.