Un mes más para buscar un acuerdo sobre tarifas. Afortunadamente, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, pospuso hasta el XNUMX de junio la decisión final sobre los aranceles de importación de aluminio y acero de la Unión Europea, México y Canadá, que debería haber entrado en vigor hoy, XNUMX de mayo. No se excluye que las muy recientes conversaciones de Trump con el presidente francés Emmanuel Macron y la canciller alemana Angela Merkel lo hayan llevado a una mayor cautela. “Pero –precisó inmediatamente la UE– no negociaremos bajo amenaza y el acuerdo debe ser equilibrado y mutuamente beneficioso”.
A falta de acuerdos, Italia se arriesgaría mucho en la guerra comercial. LItalia no produce aluminio (esperando relanzamiento de la antigua fábrica de Alcoa en Cerdeña), mientras que en cuanto al acero, no figura entre los primeros exportadores europeos a EE.UU. (es sólo el quinto): el que más se arriesga en este sentido será Alemania, que desvía casi un millón de toneladas de productos en el extranjero en acero, con los Países Bajos en segundo lugar con 632 toneladas. En cualquier caso, Italia exporta más que un país como Francia, y en cualquier caso otro peligro son los riesgos indirectos: es decir, que las empresas de los países más afectados por los aranceles trasladen las exportaciones a destinos que han permanecido accesibles, haciendo así en cierta competencia también a empresas italianas.
Otra consecuencia indirecta, no menos preocupante: las siderúrgicas europeas, que inevitablemente exportarán menos a los EE. UU. y, por lo tanto, quizás menos en términos absolutos, reducirán los bienes intermedios que a menudo compran voluntariamente a proveedores italianos. Y el caso quiere que sea precisamente la industria siderúrgica alemana, la más expuesta al mercado norteamericano, la primera en comprar bienes intermedios fabricados en Italia. Tampoco podemos excluir el riesgo de nuevos deberes, en una hipotética espiral de represalias y contrarrepresalias: el made in Italy exporta a todos los Estados, según datos de Unimpresa, mercancías por 37 millones de euros, con la maquinaria industrial a la cabeza pero también los automóviles (quizás el próximo objetivo proteccionista de Trump), el sector navío-tren-avión y el sector agroalimentario. Mientras tanto, la Casa Blanca ya llegó a acuerdos en principio con Argentina, Australia y Brasil