laErasmus se prepara para cumplir los treinta y mudar su piel. La primera vez que estudiantes universitarios europeos cruzaron sus fronteras para realizar un período de estudios en una universidad extranjera fue en 1987: entonces había algo más de tres mil estudiantes universitarios en total, de los cuales 220 eran italianos. Una movilidad que sin duda enriquece a los estudiantes, y que representa una muestra de fuerte integración en un momento histórico particular, en el que los vientos del aislamiento soplan cada vez más. Una integración que puede ser cada vez más profunda y que puede cambiar Europa para mejor.
También por eso, Erasmus mira hacia adelante, con los Estados Generales de la Generación Erasmus, un evento promovido en Roma por INDIRE, Miur y Presidencia del consejo a principios de 2017, para crear un manifiesto para ofrecer a la clase política. “Erasmus –explica Flaminio Galli, director de Erasmus+Indire, la agencia que gestiona el presupuesto de casi 100 millones asignado a Italia para financiar el intercambio y la cooperación– es una marca que funciona, que todo el mundo conoce y que ha sabido mostrar y hacer visible su valor. Ha llegado el momento de pasar a la siguiente etapa: poner el fruto de esta experiencia en manos de los responsables políticos".
Los números, después de todo, hablan por sí mismos: son 30.875 estudiantes italianos fiestas en el año en curso, a España, Alemania, Francia y Portugal sobre todo. En promedio tienen 23 años y 6 meses. Por otro lado, se acogen 20.942 estudiantes, de los cuales 1.986 proceden de países no europeos, en particular Rusia, Albania, Serbia, Georgia e Israel.
Erasmus, sin embargo, va mucho más allá de su fuerte valor simbólico, como explica Galli: “Crea redes profesionales, genera encuentros capaces de producir innovación y creatividad, estimula la aptitud para buscar financiación y acceder a fondos europeos. Hay asociaciones, como “Garage Erasmus” que trabajan precisamente para alimentar estas conexiones, uniendo a antiguos alumnos Erasmus con el objetivo de no dispersar este patrimonio”.
Por eso también es necesario estar al día, con Erasmus Plus y la financiación de prácticas en empresas europeas y alianzas con países como Irán, Irak y Yemen: "La socialización contemporánea -concluye Galli- es mucho más fluida, jóvenes". se utilizan para viajar, para moverse, para moverse. Y el aprendizaje también viene de esto. Tengo dos hijos, tarde o temprano se irán: entendí que hay que ser espectadores activos, con actitud de apertura y libertad controlada. Y con sincera confianza. Hacia las instituciones y hacia la vida”.