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La liquidez japonesa ayuda al diferencial BTP-Bund

La calma que disfrutan estos días nuestros bonos del Estado está ligada a la decisión del Boj de inundar de liquidez la economía japonesa -los operadores japoneses están aprovechando para endeudarse a tipos cercanos a cero en Japón para comprar títulos en euros con una buena rendimiento como los italianos.

La liquidez japonesa ayuda al diferencial BTP-Bund

El estancamiento político italiano continúa y no hay señales convincentes de su superación. Sin embargo, la bolsa sube y el diferencial con los valores alemanes cae por debajo de los 310 puntos, recuperándose casi 40 puntos desde el pico postelectoral. Quizás los inversores piensen que si no fuera posible crear un Pd Pdl altamente gubernamental sería mejor, considerando la intención de los dos partidos de superar felizmente cualquier techo de gasto público. Y quizás muchos piensen que, como sucedió en Bélgica, el largo feriado gubernamental podría permitir una recuperación más fácil del déficit y la deuda. Pero con toda probabilidad este no es el caso. 

No hay un razonamiento sofisticado por parte de los operadores sobre la situación política italiana, que sin embargo es muy difícil de descifrar para quienes no viven en nuestro país. En realidad, parece que la calma que disfrutan estos días nuestros bonos del Estado tiene su origen lejano en Japón y en la decisión del Banco Central japonés de inundar de liquidez la economía japonesa con la esperanza de poner fin al largo estancamiento que caracterizó ese período la economía durante casi dos décadas.

Al mero anuncio de las operaciones bursátiles con las que el Boj pretende inyectar liquidez al sistema, la Bolsa de Tokio se disparó y el yen se depreció frente al euro. En los últimos seis meses, la bolsa ha subido cerca de un 30% y el yen se ha depreciado en un porcentaje similar. Por tanto, los operadores japoneses, además de invertir en Bolsa, están aprovechando para endeudarse a tipos de interés cercanos a cero en Japón para comprar títulos en euros de buena rentabilidad como los italianos. Si el yen continuara depreciándose, habría una ganancia adicional para estos operadores cuando los euros se conviertan a la moneda japonesa para pagar el préstamo obtenido del Boj.

La operación promete una buena rentabilidad, aunque evidentemente no está exenta de riesgos. El principal elemento de incertidumbre para los inversores a corto-medio plazo lo constituye un cataclismo que podría conducir a la ruptura del euro, con la consiguiente amortización de los bonos de los Estados miembros en moneda nacional, que en el caso de Italia sería muy devaluado. Pero esta eventualidad se considera muy poco probable para los próximos 6 a 12 meses y, por lo tanto, la operación parece bastante segura. 

A más largo plazo, nadie sabe qué podría pasar, pero aun así, si las cosas van mal, debería haber mucho tiempo para ponerse a cubierto. Mientras tanto, los rendimientos de los bonos italianos a diez años todavía están por encima del 4,30%, el euro podría volver a fortalecerse y la Bolsa de Valores recuperará algo de los bajos niveles a los que se ha hundido, incluso en comparación con las otras bolsas de valores del norte de Europa que en cambio, caminaron mucho.

Una calma técnica que, sin embargo, podría ayudar a un Gobierno fuerte y decidido a poner en marcha aquellas medidas de reforma del sector público y recuperación de la competitividad que son imprescindibles para que Italia retome una senda de crecimiento razonable. Pero por ahora, nadie parece ser capaz de aprovecharlo.

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