Reflexionar sobre concepto de bondad es un acto esencial, hoy más que nunca. Es una palabra poderosa, una actitud que, aunque parezca simple y casi obvia, se siente profundamente en el frenesí del mundo moderno.
En estas pocas líneas me gustaría compartir una perspectiva personal: la de un directivo que mira el mundo empresarial. Y me hago dos preguntas fundamentales: ¿cómo se puede aplicar? amabilidad dentro de una empresa? ¿Y qué significa para una empresa ser verdaderamente amable?
Empresas amables
Por definición, las empresas son estructuras jerárquicas, donde las tensiones y presiones están a la orden del día. El estrés, la competencia y la urgencia de obtener resultados en entornos a menudo complejos y desafiantes pueden dar lugar a momentos de conflicto y discusiones difíciles. Por supuesto, no siempre podemos describir a las empresas como lugares naturalmente inclinados a la bondad, entendido como empatía, armonía o ausencia de conflictos.
Debo admitir que yo tampoco siempre puedo ser una persona amable según esta interpretación.
Pero creo firmemente que hay una manera de construir lo que podríamos llamar una “amable compromiso”, guiados por un liderazgo que sepa encarnar y transmitir este valor.
Para mí, una empresa amable es ante todoo una empresa auténtica. Una realidad con una cultura fuerte, basada en unos principios claros y fundamentales, pero profundamente arraigados y compartidos por todos.
Transparencia y buena gente.
Un elemento clave de esta cultura. es transparencia. Creo que la transparencia es la base de la confianza y que la confianza es, a su vez, la base de una excelente cultura corporativa. Ser transparente significa comunicar con claridad y franqueza, con la convicción de que la honestidad intelectual representa la forma más elevada de respeto hacia las personas.
Desde esta perspectiva, no nos limitamos a construir un equipo de personas capaces, sino que intentamos, sobre todo, rodearnos de “buena gente”.
Ser una “buena persona” no se trata sólo de sobresalir en su trabajo. Significa compartir y vivir. valores corporativos esenciales: transparencia, ética, mérito, espíritu de equipo, apertura a la ayuda mutua y un entorno donde los errores no se castigan, sino que sirven como oportunidad de aprendizaje. Significa colaborar en un contexto sano y respetuoso de la diversidad, lejos de lógicas "políticas".
Queremos que quienes trabajan con nosotros se identifiquen con estos valores y actitudes. Personalmente, no me interesan individuos que brillen como superestrellas si no están dispuestos a contribuir al bien común.
A cambio, ofrecemos un proyecto de crecimiento personal y un ambiente de trabajo saludable, lo que pone a todos en condiciones de expresar mejor su talento y habilidades. No es sólo una cuestión de ética o de cultura corporativa: es un auténtico motor del compromiso de las personas y del éxito de la empresa.
Quizás no sea el único camino posible, pero sí el que desde Amplifon hemos decidido seguir en los últimos años. Un camino que se basa en 75 años de historia, en valores profundos transmitidos a lo largo del tiempo.
Y si no sé si es la mejor manera de encarnar la bondad en la empresa, sé que este enfoque nos ha permitido crecer, afrontar desafíos como la pandemia y construir un equipo cohesionado, formado por unas 20.000 personas. colegas en 26 países y con más de 100 nacionalidades diferentes. Un equipo unido por un único y gran objetivo: mejorar la calidad de vida de nuestros clientes.