La Agencia de Ingresos lo vuelve a poner en la mira Google. Y esta vez la factura podría ser de miles de millones. el lo revela El Sol 24 Horas, según el cual las autoridades fiscales italianas están desafiando al gigante de Mountain View presunta evasión fiscal por valor de aproximadamente 1 millones de euros. La Fiscalía de Milán también está investigando el asunto.
La multa a Google hace siete años
Era 2017 y, después de un año de negociaciones y de un largo ida y vuelta, Google acordó pagar a las autoridades fiscales italianas 306 millones de euros, firmando un informe de evaluación con la aceptación de resolver un conflicto fiscal derivado de impuestos no pagados sobre una facturación de aproximadamente mil millones de euros entre 2009 y 2013.
"Google y la Agencia Tributaria han llegado a un acuerdo resolver sin controversias las investigaciones relativas al período comprendido entre 2002 y 2015”, explicó el entonces portavoz de la empresa estadounidense, precisando que. “Además de los impuestos ya pagados en Italia por esos años, Google pagará otros 306 millones de euros. De ellos, más de 303 millones se atribuyen a Google Italia y menos de 3 millones a Google Irlanda”.
Google fue notificada de una liquidación de 300 millones en enero de 2016 y el litigio acabó ante el Tribunal de Milán, con el grupo inscrito entre los investigados por "no declarar impuestos".
Google, la Agencia Tributaria vuelve a su cargo
Siete años después, aquí vamos de nuevo. Pero esta vez la cifra podría alcanzar los mil millones de euros. Segundo el sol las 24 horas, la Agencia Tributaria cuestionaría la existencia de Google una organización inmaterial estable, similar al que llevó a Netflix a pagar a Italia alrededor de 2022 millones de euros en 55,8. De hecho, hace dos años, el gigante del streaming llegó a un acuerdo con las autoridades fiscales italianas que supone un precedente a nivel internacional, porque fue el primer caso en el mundo en el que la existencia de una organización estable oculta fue cuestionada por una empresa. que no tenía ningún empleado en territorio italiano.
Esta vez, los cánones pagados por la sociedad irlandesa del grupo, con establecimiento permanente en Italia, también están en el punto de mira de los financieros y de la Guardia di Finanza.