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La UE impone aranceles a los coches eléctricos chinos: hasta el 35% sobre las importaciones. Se teme el efecto boomerang

Europa formaliza la introducción de impuestos a los coches eléctricos chinos. ¿Qué hará Beijing ahora? Los movimientos de Bruselas que mientras tanto intenta mantener el equilibrio para evitar una guerra comercial

La UE impone aranceles a los coches eléctricos chinos: hasta el 35% sobre las importaciones. Se teme el efecto boomerang

laUnión Europea ha formalizado la introducción de Aranceles a los coches eléctricos chinos., que entrará en vigor el 31 octubre. En respuesta a las generosas subvenciones concedidas por Pekín a los productores nacionales, la Comisión Europea ha decidido subir las tasas adicional hasta el 35,3% sobre las importaciones de estos vehículos. La iniciativa encontró el apoyo de 10 estados miembros, incluidos Italia y Francia, mientras que cinco, encabezados por Alemania, se opusieron. Otros 12 países, entre ellos España, optaron por abstenerse. EL detalles cualquier nuevas tarifas, que incluyen tasas del 17% para BYD, 18,8% para Geely y 35,3% para SAIC, se publicarán mañana en el Diario Oficial de la UE. A pesar de la decisión, leemos en el reglamento de aplicación publicado por la Unión Europea, Bruselas deja la puerta abierta a un posible compromiso con China en las próximas semanas.

La UE aumenta los aranceles a los coches eléctricos chinos: ¿qué hará China?

De hecho, el objetivo de la Unión sigue siendo evitar unaescalada de sanciones lo que podría afectar a otros sectores estratégicos, desde el lujo hasta el sector agroalimentario, a los que Pekín podría responder con medidas igualmente severas. China ya ha introducido Aranceles provisionales sobre bebidas espirituosas europeas., aplicando un extra de entre el 30,6% y el 39% y afectando especialmente al coñac, un producto que genera exportaciones anuales de alrededor de 1,7 millones de euros para Francia. Además, Beijing tiene amenazado revisar las condiciones de importación de queso, carne cerdo y vinos, sectores especialmente sensibles para economías como las de Italia, Francia y España.

Esta situación representa una riesgo concreto para el Made in Europe, que ya lucha con el aumento de los costos de producción y la incertidumbre de los mercados globales. El sector automovilístico europeo, punto central de esta tensión, podría sufrir importantes repercusiones: si por un lado el aumento de los aranceles pretende reducir la entrada de coches eléctricos chinos, por otro sigue la capacidad del mercado europeo para responder a la demanda. Un número creciente e incierto de vehículos eléctricos a precios competitivos. Por el momento, la Unión espera que la nueva política comercial convenza a los productores chinos de invertir en fábricas europeas, creando empleos y contribuyendo a la producción local. Algunas marcas chinas, como byd e Chery, ya tenía planes de construir plantas en Europa, pero la reciente evolución de las tarifas ha llevado a varias empresas a suspender esos planes, lo que aumenta la incertidumbre.

Bruselas y Pekín: mediación en marcha para evitar una guerra comercial

Mientras tanto, Bruselas intenta mantener el equilibrio en las relaciones con Pekín, evitando una verdadera guerra comercial. La semana pasada, el vicepresidente de la Comisión, Valdis Dombrovskis, y el ministro de Comercio chino, Wang Wentao, reafirmaron su compromiso con una "solución mutuamente aceptable", aunque reconocieron que las posiciones siguen distantes y que los avances en las negociaciones aún son lentos. Con esta mediación, la UE espera proteger su industria sin comprometer las relaciones comerciales con China, un socio clave y un mercado crucial para muchos sectores europeos.

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