Italia está llamando, Rainieri responde. La carrera por el banquillo azul, oficialmente vacante desde ayer, parece haberlo encontrado en Sir Claudio un gran ganador. El presidente GravinaTras haber decidido despedir a Spalletti, lo contactó personalmente ayer por la tarde para ofrecerle el puesto de entrenador. La reacción, como veremos en breve, fue más que positiva, lo que sugiere que el matrimonio está a la vuelta de la esquina.
Sin embargo, aún queda por entender cómo hacer que el rol actual coexista del entrenador de la Roma con el futuro, aquí está el porqué Pioli mantiene algunas posibilidades muy pequeñas, aunque es justo reiterar que Ranieri es la primera opción y con diferencia: la decisión es sólo suya y las premisas son más bien positivas.
Gravina ha elegido a Ranieri: Friedkin dispuesto a decir sí al doble rol Roma-Selección
Claudio Ranieri nunca lo hubiera esperadoAcababa de cerrar, con la elegancia que lo distingue, su aventura con los clubes y creía haber puesto punto final a una larga (y espléndida) carrera, al menos en el banquillo. Y en cambio, aquí se abre de nuevo una puerta que huele a pura emoción: la de la selección nacional. Desde la llamada de Gravina, Sir Claudio ha empezado a repetírselo en voz baja, en familia, con ese entusiasmo que solo quienes aman su trabajo pueden comprender.
IEl doble papel no será fácil, sino Los Friedkins están listos para dar luz verdeRanieri podría convertirse en el comisario técnico de la selección nacional y asesor personal del presidente de la Roma. Un extraño doble rol, sin duda, pero no tanto si se analiza la historia del fútbol. Al fin y al cabo, para alguien como él, es imposible negarse a Italia, sobre todo porque el puesto parece hecho a su medida. Porque Ranieri tiene experiencia internacional, una inteligencia futbolística excepcional, la capacidad de consolidar grupos como solo Ancelotti. Y, lo que es aún más importante, es uno de los que... Nunca hizo distinción entre entrenar y seleccionar.Liderando a sus equipos con equilibrio, sin querer dominar jamás a los jugadores, sino más bien, intentando comprender su forma, su inspiración. Como también lo hizo este año, en la espléndida lucha por el título europeo con la Roma.
Entonces, A menos que haya cambios de sentido sensacionalesLos Azzurri volverán a empezar desde aquí. Porque Italia necesita desesperadamente resultados y nadie mejor que él puede intentar alcanzarlos.