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Italia, fracaso sensacional: Copa del Mundo en riesgo

La selección de Ventura se pierde por completo la ida de los playoffs para ir al Mundial de Rusia 2018: Suecia gana 1-0 en Solna, para los azzurri solo un poste de Darmian en el segundo tiempo, pero muy pocas acciones interesantes y ninguna. otro remate a puerta – partido de vuelta del lunes en Milán: se necesita una compañía para la clasificación.

Y ahora el miedo es real. No poder acceder al Mundial 59 años después de la última (y hasta ahora única) vez, cerrar definitivamente un ciclo, hacer frente a lo que, números en mano, sería uno de los mayores fracasos (si no el más grande) ) de nuestra historia futbolística. La derrota en Estocolmo (1-0, gol de Johansson con desvío decisivo de De Rossi en el minuto 61) obliga a lidiar con el espectro de no clasificarse para el Mundial, algo impensable no solo al inicio del ciclo Ventura sino incluso hasta hace un par de días, antes de entendernos con la Suecia de Andersson, pero sobre todo con nuestros límites. Son esos, además de una buena dosis de mala suerte (gol en propia puerta, pero también sensacional poste de Darmian) y un arbitraje cuanto menos cuestionable (pregúntenle a Bonucci, nariz rota por un codazo de Toivonen, solo para preguntar), los que nos llevaron a perder este partido y obligarnos a apelar no sólo al público de San Siro sino también al propio santo. De hecho, ya no tiene mucho sentido confiar en la táctica y la técnica: no se ha visto nuestra (supuesta) superioridad sobre los suecos, pero sobre todo nos ha faltado coraje y este, en fin, es el aspecto más aterrador.

Porque el lunes, más allá de un Milán completamente vestido de azul y dispuesto a hacer su parte (ya 70 entradas vendidas, estamos casi agotadas), sería útil poner en el plato la mayor experiencia de algunos elementos en competiciones de dentro o fuera, de lo contrario va a ser muy difícil. El guión ya se ha vislumbrado en los últimos 20 minutos de ayer: Suecia se encaramó a defender, sin por ello renunciar a ese físico (hasta la intimidación) que evidentemente inhibía a los azzurri. El visor, sobra decirlo, está todo enfocado en Ventura: de él dependería cargar bien al equipo, así como enviarlo al campo con ideas y una formación adecuada. El 3-5-2 de ayer no rascó para nada al equipo de Andersson y cuesta pensar que en tres días quién sabe qué "genialidad" pueda surgir. Digámoslo en voz alta: Insigne no se ve en el banquillo y el entrenador también lo sabe, pero en general, sin embargo, no puede ser un solo hombre el que cambie las cosas sino todo un sistema de juego, que además será privado de alguien como Verratti (descalificado). “San Siro nos tendrá que llevar de la mano”, suspiró Ventura tras el partido, como si hablara para sí mismo y no para toda Italia. Sin embargo, el lunes el público no será suficiente: se necesitarán ganas de ganar pero sobre todo coraje para hacerlo. De lo contrario, los azzurri escribirán una de las páginas más negras de su historia y el técnico se verá obligado a cambiar de trabajo, o incluso a emigrar.

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