En un momento en que la opinión pública se siente atraída por anuncios de nuevas medidas económicas (y correcciones relacionadas en curso) vinculadas a la discusión parlamentaria y la aprobación de la Ley de Presupuesto para el próximo año, llega, más que nunca, la publicación de un volumen dedicado a la situación de las Finanzas Públicas italianas.
El Informe, cuya primera edición data de 1994, es comisariada una vez más por Giampaolo Arachi y Massimo Baldini, es publicado por Il Mulino y tiene como objetivo proporcionar una evaluación técnica de la evolución de los capítulos más importantes del gasto público italiano; dedicando también espacio a un estudio en profundidad concreto ya un aspecto nuevo, del que se hablará más adelante.
Fluyen ante los ojos del lector, luego de un primer ensayo que analiza el período junio 2018 - junio 2019 en su conjunto con un camino jalonado por el anuncio de medidas expansivas salvo correcciones de rumbo posteriores, páginas caracterizadas por un estilo científicamente impecable pero fácil de entender, útil para la documentación y posterior reflexión, tanto para "insiders" como para ciudadanos de a pie.
Así, se pueden recordar los ensayos dedicados, por un lado, a una evaluación del sistema fiscal italiano, donde surge una situación de impuesto sobre la renta casi residual, cada vez más caracterizado por ser un “tipo tributario” y por un sistema tributario que parece estar orientado hacia el ámbito de los impuestos especiales; por otra parte, al análisis de la administración tributaria con miras a su posible eficacia, teniendo en cuenta las inevitables condiciones derivadas del cumplimiento de las normas de privacidad, como es el caso del registro de relaciones patrimoniales.
A continuación, se dedican otros dos ensayos, respectivamente, al conjunto de los servicios públicos, donde la política relacionada está amargamente etiquetada por referencias que la distinguen y al cuidado de la salud, otro ámbito en el que las promesas de medidas de intervención tienen dificultad para seguir hechos concretos.
Similares consideraciones negativas se derivan de la lectura de las páginas dedicadas a la política de infraestructuras, pareciendo sacrificar aún más el gasto público destinado a ella en comparación con los niveles ya insatisfactorios del pasado reciente; como, lamentablemente, sucede con los recursos que se destinan al capital humano del mundo escolar. Y ello, a pesar de que se trata de dos capítulos esenciales para acompañar y apoyar el desarrollo futuro de la nación.
Finalmente, no faltan los análisis en materia de políticas asistenciales, en particular sobre la medición de la renta del ciudadano y sus efectos, así como las intervenciones realizadas en el campo de las pensiones públicas, con un atención específica a la denominada cuota 100.
En cuanto al estudio en profundidad y la novedad que contiene este Informe, al que antes se hacía referencia, un rápido guiño. El estudio en profundidad de 2019 está dedicado a un tema que aún no es objeto de debate público, pero también está destinado a convertirse en el centro de la dinámica demográfica que caracteriza a Italia: la asistencia a las personas que no son autosuficientes y los aspectos relacionados de los servicios de bienestar social y el subsidio para cuidadores con su función de apoyo a la renta.
La novedad es el capítulo dedicado a debate sobre la autonomía diferenciada, es decir, la activación de otras formas de autonomía de conformidad con el artículo 116 de la Carta Constitucional, a raíz de las solicitudes realizadas por tres Regiones, Lombardía, Véneto y Emilia Romagna. Un tema particularmente delicado que puede leerse tanto en términos de oportunidades para racionalizar la intervención pública; y en el de los posibles problemas en la funcionalidad de las relaciones financieras entre diferentes niveles de gobierno con posibles riesgos de estabilidad para las finanzas públicas.