Muchos no se habrán perdido la curiosa noticia de dejar de vender productos Apple recientemente decretado por gobierno indonesio. Una decisión contundente, casi inédita por su carácter drástico, dado que la provisión no afecta sólo a las nuevas ventas, pero también los iPhone que ya están en circulación: todos son "ilegales" y, posiblemente, su uso debe ser denunciado a las autoridades. Pero ¿qué hay detrás de esta postura tan hostil hacia las empresas estadounidenses? Oficialmente la razón radica en promesa que Apple no ha mantenido invertir 109 millones de dólares en el país asiático. Y tiene sentido, porque los compromisos son compromisos. Sin embargo, hay algo más también. El nuevo gobierno, encabezado por el controvertido hombre, tomó posesión el domingo 20 de octubre en el cuarto país más poblado del mundo. Prabowo, de 73 años, ex general del ejército durante la dictadura de 1967 a 1998, entró en política en 2009 y ministro de Defensa en la anterior legislatura. Entre los hombres más ricos de Indonesia, con una fortuna estimada en 150 millones de euros, Subianto ganó las elecciones hace ocho meses e inmediatamente dejó entrever un punto de inflexión en las relaciones internacionales: en el tiempo transcurrido entre las elecciones y su toma de posesión ya realizó varios viajes institucionales, comenzando no es de sorprender que con China y Rusia y desairando -por ahora- a Estados Unidos.
Indonesia 2030: el nuevo gigante antioccidental junto a Moscú y Beijing
El posicionamiento del país que en 2030 alcanzará los 300 millones de habitantes (el 87% de los cuales son musulmanes, incluido el presidente) y que en 2025 entrará en el grupo BRICS ampliado justo al lado de Moscú e PekínPor tanto, parece estar tomando una dirección clara: manos libres en política exterior y adhesión al eje antioccidental. No es casualidad que una de las primeras medidas fuera contra una de las empresas simbólicas de Estados Unidos, Apple, pero ya había señales anteriormente, durante su mandato como Ministro de Defensa, cuando Subianto había propuesto un plan de paz para detener la guerra en Ucrania, sumándose a la iniciativa de China e Brasil, e incluso había llegado tan lejos –durante una visita a Jordania– a instar a un alto el fuego en el conflicto en Palestina, ofreciendo enviar tropas indonesias para apoyar una misión internacional de mantenimiento de la paz. La postura de Indonesia, que hoy vista desde Europa parece exótica y poco impactante en el equilibrio geopolítico, en realidad está destinada a serlo: el nuevo presidente, muy leal a Vladimir Putin, debería hacer su debut internacional en Río de Janeiro para el G20 previsto para los días 18 y 19 de noviembre, y gobierna un país que según las proyecciones de crecimiento se convertirá en la cuarta economía del mundo en 2050, sólo por detrás de India, China y Estados Unidos.
Indonesia entre la pobreza y las ambiciones globales: del bloque Apple al sueño del poder
Sin embargo, hoy Indonesia sigue un país pobre y marginado. Sólo ocupa el puesto 112 entre 192 países según el índice de desarrollo humano, tiene un PIB per cápita de poco más de 15.000 dólares (en paridad de poder adquisitivo) y vive una aislamiento comercial así como uno fuga de los jóvenes. Tanto es así que una de las promesas de Subianto durante la campaña electoral fue una beca para retener cerebros en el país ofreciendo comidas gratis. Sin embargo, por eso se necesitan alimentos, que escasean en Indonesia, y por eso el nuevo presidente quiere actuar en el frente internacional, uniéndose al tren de las economías más fuertes, ahora representadas más por los BRICS que por los el eje euroatlántico. A cambio, el país asiático ofrece materias primas, en particular la minería, pero también tendrán que gestionar con pericia la transición ecológica que hoy es un paradigma global, e Indonesia tiene una de las mayores selvas tropicales del mundo, ya gravemente amenazada por proyectos de construcción de nuevas ciudades en su interior. En definitiva, detrás del bloqueo a Apple está la figura de un ex general, acusado de crímenes atroces durante la La feroz dictadura de Suharto, vinculado a Putin y Xi Jinping y que quiere hacer de su país un protagonista en el mundo. Hablaremos de ello nuevamente.