Hace cinco años, el 1 de diciembre de 2019, se registró el primer caso de neumonía de origen desconocido en Wuhan, capital de la provincia china de Hubei. Se trata del primer caso Se sabe de lo que pronto llamaríamos Covid-19. Una semana después, se registraron siete casos más. A mediados de diciembre, la televisión estatal china anunció al mundo el descubrimiento. Brote viral en Wuhan. Estos acontecimientos habrían iniciado una crisis sanitaria mundial, que ha cambiado radicalmente nuestra vida cotidiana, nuestra forma de trabajar y de vivir.
Covid: la propagación del virus y el primer confinamiento en Italia
En la víspera de Año Nuevo de 2019, la Comisión de Salud de Wuhan informó a la OMS (Organización Mundial de la Salud) del grupo de casos de neumonía registrados en la zona de Hubei. La mayoría de los casos están relacionados con el mercado de Huanan, un mercado mayorista de pescado y animales vivos. En enero de 2020, el nuevo virus se identifica como SARS-CoV-2 y la ciudad de Wuhan queda cerrada. La epidemia llegó a Italia el 29 de enero de 2020, cuando dos turistas chinos que dieron positivo al virus fueron ingresados en el hospital Spallanzani de Roma. Dos días después Italia lo proclamó estado de emergencia, suspendiendo los vuelos hacia y desde China, a pesar de que el virus ya circulaba en el norte del país.
El 18 de febrero de 2020 se identificó lo mal definido "paciente cero": Mattia, 38 años, natural de Codogno, en Lombardía. En poco tiempo surgen focos en el Véneto y en la provincia de Bérgamo. El gobierno italiano responde con el primero de muchos Decretos del Primer Ministro, que impone cuarentena a más de 50 personas en 11 municipios del Norte. El 9 de marzo de 2020, fecha grabada en la memoria colectiva, el Primer Ministro Conte anunció que Italia entraría bloqueo total. Todos los negocios no esenciales cierran, las escuelas pasan al aprendizaje a distancia y los viajes se limitan al mínimo. Por primera vez desde la posguerra, Italia se encuentra bajo toque de queda. Dos días después, con 100 casos en todo el mundo y más de 100 países afectados, la OMS declaró pandemia.
Esos días, los edificios se cubren con pancartas con mensajes de esperanza y unidad contra la adversidad. Sin embargo, la realidad fue muy diferente, tras meses de largos debates sobre cierres y reaperturas. Además, en lugar de hacer que todos se enfrenten a los mismos desafíos, el Covid ha aumentado las desigualdades: los más vulnerables han pagado un precio mayor.
Covid, una nueva forma de trabajar: el trabajo inteligente
La pandemia ha revolucionado el mundo del trabajo. Durante el primer confinamiento, las personas que trabajan a distancia crecieron: de medio millón a seis millones y medio. En 2024 otros 3 millones y medio de los italianos trabajan en trabajo inteligente. Este método es muy apreciado, permite una mayor flexibilidad de horarios, ahorra tiempo y costes de transporte y garantiza un mejor equilibrio entre la vida privada y el trabajo. Según el Observatorio del Trabajo Inteligente de la Universidad Politécnica de Milán, el 73% de los trabajadores que lo utilizan se opondrían a que su empresa eliminara esta forma de flexibilidad. El 27% pensaría seriamente en cambiar de trabajo. Sin embargo, no faltan los temas críticos, hay quienes piensan que trabajar desde casa alimenta el aislamiento social y las desigualdades, porque no todos tienen los mismos espacios ni tecnologías. Hoy en día se discute mucho sobre cómo y en qué medida aplicar el trabajo inteligente, pero una cosa es segura: después de la pandemia, es difícil pensar en un mundo del trabajo que no lo prevea de ninguna manera.
Covid: las vacunas y el fenómeno No Vax
Llega el 14 de diciembre de 2020 la primera vacuna contra Covid-19, desarrollada por Pfizer, seguida de la vacuna Moderna. La mañana del 27 de diciembre comienza simultáneamente la campaña de vacunación en toda Europa. La mayoría de la población italiana está vacunada, pero una minoría ruidosa, la de sin vax, polariza el debate público. Los datos no dejan lugar a dudas. En 2021, la tasa de nuevas infecciones entre los no vacunados alcanzó casi 700 casos por 100.000 personas, frente a 174,6 casos entre los vacunados. Sin embargo, en julio de 2021, el 5% de los italianos declararon que no estaban en absoluto dispuestos a vacunarse.
La resistencia de algunos a vacunarse ha planteado profundas dudas sobre hasta qué punto estamos dispuestos a cooperar por el bien común y sobre confianza que los italianos tienen en sus instituciones. La pandemia ha demostrado lo esencial que es construir y consolidar esta confianza, para que, especialmente en situaciones de crisis, los ciudadanos puedan distinguir y aceptar información confiable. Sin credibilidad, los esfuerzos de los científicos y políticos en futuras crisis corren el riesgo de ser en vano.