Ha llegado el día X: en 2017 de las grandes citas electorales en Europa, hoy se juega el primer gran partido. Esperando elecciones presidenciales francesas, prevista en poco más de un mes, le toca a Holanda renovar su mayoría parlamentaria, a través de una ronda que promete ser bastante complicada: sobre la ola de 2016 con el Brexit y la victoria de Donald Trump en EE.UU., el favorito parece ser el euroescéptico e islamófobo Geert Wilders.
Sin embargo, la pesadilla de un gobierno liderado por el líder del PVV está bastante lejos, dado que la ley electoral proporcional holandesa siempre ha implicado la formación de mayorías compuestas de gobierno, y en esta vuelta, según las encuestas, al menos seis o siete los partidos podrán ganar incluso más del 10% de los votos. El escenario es, por tanto, bastante incierto. y Wilders, aunque obtenga una mayoría relativa (en este momento se habla de 22 escaños de 150), difícilmente podría reunir el apoyo de otras fuerzas a su alrededor.
Wilders es uno de los favoritos, sin embargo: su programa tiene como objetivo alejarse de Europa y prohibir las mezquitas en el país, en el que los inmigrantes ya no serían bienvenidos. En la carrera también está el Vvd, el partido conservador del actual primer ministro Mark Rutte, cuya aclamación es cercana a la del entrenamiento de Wilders. Luego están el PvdA, la formación laborista actualmente aliada en el parlamento con el Vvd; el Sp, el partido socialista; y la formación de la Junta Demócrata Cristiana. Los Verdes, que tendrían un consenso cercano al 20%, y la formación progresista y europeísta D66, que se sitúa en el 17%, están muy por encima de las últimas votaciones.
Una eventual victoria de Wilders sería por tanto una señal preocupante desde el punto de vista político, pero concretamente la hipótesis más probable es la formación de una alianza de gobierno de centro, que reúna a tres o cuatro fuerzas en el campo, con el partido mayoritario saliente que aún debería ser el primero, con 24 escaños. Sin embargo, el mensaje de Wilders cobró impulso después de la Crisis diplomática con Turquía tras la decisión de La Haya de impedir la visita del Ministro de Asuntos Exteriores turco a los Países Bajos. Wilders aprovechó de inmediato la situación, poniendo a Turquía como ejemplo de país musulmán peligroso, inestable y movido por un profundo odio hacia Europa.
Las elecciones en los Países Bajos son, como se mencionó, la primera de tres elecciones cruciales para Europa: de hecho, pronto será el turno de Francia (23 de abril para la primera vuelta, 7 de mayo para la segunda) ya Alemania (en septiembre).