Milanesa, quien?
El episodio 22 de la serie de autores italianos más vendidos está dedicado a un autor que hoy no dirá nada a nuestros lectores, excepto algunos sobrevivientes de tiempos pasados: Guido Milanesi.
Sin embargo, durante los años del fascismo, y de forma muy limitada también a principios de los años cincuenta, su nombre era popular y sus novelas amadas por el público. En esencia, fue uno de los escritores más leídos de las primeras décadas del siglo XX.
Eso sí, no en la medida de un Da Verona, o de un Pitigrilli, o incluso de un Brocchi, al menos en sus obras más vendidas. Pero tras ellos volvió de lleno a ese reducido grupo de autores que año tras año llenaba los escaparates de las librerías.
Y lo hizo ininterrumpidamente durante 40 años, que no es poca cosa. En esto se le compara con Salvator Gotta, Lucio D'Ambra y en parte con el mismo Brocchi, como autores de larga y duradera fama.
Una peculiaridad inusual
La particularidad de su figura, sin embargo, consiste en otro hecho, a saber, que fue soldado de nuestra Armada, donde cubrió toda su carrera hasta su retiro con el nombramiento de contralmirante, que es el grado más bajo en la jerarquía de los almirantes, correspondiente al General de Brigada del Ejército. Y desempeñó su papel con más que honor, tanto que recibió varios premios, entre ellos dos medallas de plata al valor militar.
Guido Milanesi logró compaginar su carrera militar con la de novelista. Y no un novelista de bajo nivel. Lejos de ahi. Incluso parece haberse acreditado, o al menos se habló con alguna justificación en su momento, de la posibilidad de recibir el Premio Nobel de Literatura, premio que en el año en el que parecía ser un candidato nada despreciable, 1918, sin embargo, no fue otorgado.
En definitiva, fue un novelista de éxito, pero no despreciable, al contrario, se le puede reconocer una capacidad literaria moderada, al margen de sus ideas políticas, imbuido, dada la época y el ambiente en el que se desempeñó, de un espíritu colonial. , con unas pinceladas de racismo . Pero el clima político de la época, especialmente en el ejército, era el que era.
produccion literaria
Su producción literaria consta de unos cuarenta títulos entre novelas y cuentos, a los que se pueden sumar también diversos escritos. Las tiradas de sus libros fluctuaron entre 30 y 70 mil ejemplares por título, cifra considerable para la época en nuestro país, y mantenida desde los primeros años del siglo hasta la Segunda Guerra Mundial, con algunos rebrotes a fines de los años cincuenta.
Lo cual no es simple ni fácil aún hoy. El lanzamiento de cada una de sus novelas era casi un evento anual entre los lectores, quienes permanecieron fieles a él durante mucho tiempo.
La vita
Guido Milanesi nació en Roma en 1875, pero la fecha es controvertida y alguien la adelanta tres años. A los 14 años fue admitido en la Academia Naval de Livorno, donde se graduó con el grado de alférez, que es el grado de primer oficial. Era el comienzo de una espléndida carrera que lo llevaría a lo más alto de la institución.
Se destacó particularmente durante la guerra contra el imperio turco por la conquista de Libia en 1911-12, cuando con su dragaminas llevó a cabo una audaz operación en los Dardanelos, cortando cables telegráficos submarinos.
Esta proeza le hace conseguir un importante reconocimiento de valor. Incluso durante la Primera Guerra Mundial llevó a cabo misiones audaces y valientes que le valieron el aprecio y el honor.
actividad literaria
A principios de siglo, en 1900, comenzó a publicar cuentos y novelas, entre las que mencionamos como las más populares, Nomadi, Thalatta, Anty, Los perdidos de Alá, La voz del fondo, Eva marina, Los desarraigados. ancla, El ancla de 'oro, La decameroncino, Hija de un rey, La guardiana del Duilio, Sancta Maria etc…
La ambientación de sus obras está casi siempre ligada al mundo de la marina, la navegación, las conquistas coloniales, las batallas, la aventura, los países exóticos. Pero también hay obras que podríamos definir como "apologéticas", como Sancta Maria de 1936, en la que toma el camino de la confrontación ideológica. En este caso el choque es entre comunismo y cristianismo, y el relato se construye para mostrar los errores y la negatividad del primero frente a la positividad del segundo.
De hecho, en la novela, que fue su más popular, el escritor cuenta la historia de una joven firmemente atea y comunista, que ante un indiscutible milagro, renuncia a sus creencias y se adhiere a ese cristianismo tan ridiculizado anteriormente.
Santa María: la trama
La originalidad del trabajo nos lleva a realizar una rápida síntesis, también a mostrar los términos y modalidades en que se desarrolló el debate ideológico-religioso a nivel popular en la época.
Nadia, la protagonista de Sancta Maria, es una niña rusa, hija de nobles masacrados en tiempos de la revolución bolchevique, y reeducada según los más estrictos cánones del materialismo marxista. Un día conoce a Paolo, un exiliado ruso, que también huyó en la época de la revolución comunista, pero contrajo lepra durante su fuga.
Los dos se enamoran perdidamente y Nadia decide ayudar a su pareja hasta el final, hasta la muerte, que ahora es inminente. Pero cuando parece que ya no hay esperanza para él, se produce el milagro de su total recuperación, gracias a la intercesión de la Virgen de Pompeya, a quien la niña se había dirigido como última esperanza.
En este punto, Nadia no puede evitar reconocer la falta de fundamento de sus creencias ateas y tocar la bondad y el poder de lo que le habían inculcado como superstición. Así que solo queda agradecer a la Santísima Virgen por librar a su compañera de la lepra ya ella de una enfermedad aún más peligrosa: el comunismo.
Adhesión al fascismo, dada por sentada pero no incondicional
Milanesi era escritor y fascista, se unió al "Grupo de Acción al servicio de la novela italiana en Italia y en el extranjero" junto con otros nueve novelistas (en estricto orden alfabético Beltramelli,
Bontempelli, D'Ambra, De Stefani, Marinetti, Mario Maria Martini, Varaldo, Viola y Zuccoli), pero evitaba las formas más extremas de la ideología fascista.
Y de la misma forma se comportó frente al racismo, del cual, si bien no pudo escapar del clima general (y esto se vio claramente en una película muda basada en su novela, The Lost of Allah de 1929, interpretada entonces por actores bastante famosos), como Inés Falena y Gino Talamo), no fue un partidario descarado y arrogante, al contrario, rehuyó sus extremismos y criticó las leyes raciales de 1938.
Murió en Roma, su ciudad natal, en 1956.