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Grecia vuelve a estar contra la pared

SOLO CONSEJOS: Grecia está al borde, una vez más. Atenas aún no ha llegado a un acuerdo con los acreedores sobre el plan de recuperación y ahora se encuentra con poco dinero disponible y plazos cada vez más apremiantes.

Grecia vuelve a estar contra la pared

No ha habido avances en el frente griego en comparación con hace unas semanas: el país está nuevamente al borde de la bancarrota.

Grecia es un país en continua emergencia, ciertamente no es nuevo. Para el Fondo Monetario Internacional (FMI), el plan de consolidación fiscal firmado con Europa no es creíble y corre el riesgo de comprometer la sostenibilidad de la deuda pública.

La posición del FMI es bastante clara; para que Grecia pueda pagar el préstamo otorgado por la Troika, el país necesita:

– alivio de la deuda de alguna forma;
– un plan de “recorte” contingente (desde unos 2 millones de euros, el 2% del PIB) en caso de que no se cumplan las restricciones presupuestarias previstas (un superávit primario del 3,5% del PIB en 2018).

El Gobierno respondió que un plan de contingencia no es compatible con la constitución griega, que aparentemente prohíbe los compromisos condicionales y, además, es políticamente impresentable en el parlamento. En cuanto al recorte de la deuda pública, la mayor resistencia proviene de Alemania. El Eurogrupo previsto para mañana, que debía ratificar el acuerdo entre las partes y liberar un nuevo tramo de ayuda previsto en el plan de rescate de 86 millones de euros, fue cancelado y pospuesto para una fecha posterior. Pero Grecia necesita firmar un acuerdo con sus acreedores rápidamente, porque según rumores de prensa, queda poco dinero y los plazos para los próximos meses son cada vez más pesados. 

Nunca nos hemos engañado, siempre hemos sostenido que el riesgo griego simplemente se ha dejado de lado, y así es. En Europa hay varios riesgos a tener bajo control (Brexit, Grexit, Portugal y España); son una de las principales razones que nos impulsaron a eliminar la exposición a las bolsas europeas (y, por más tiempo, a los bonos gubernamentales de los Países Periféricos) en nuestras carteras tácticas.

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