La Francia volverá a las urnas el 30 de junio y el 7 de julio. Es consecuencia de la disolución del Parlamento nacional decidida por el Presidente Emmanuel Macron tras la hazaña de la extrema derecha de Marine Le Pen en las elecciones europeas donde la extrema derecha se convirtió en el partido líder con un 30%, duplicando la lista de Macron. La sorpresiva medida del Presidente es doblemente inteligente porque respeta lealmente la orientación popular pero al mismo tiempo la desafía basándose en Gobierno Le Pen que, en la segunda vuelta de las elecciones nacionales, tendrá que buscar alianzas para ganar y gobernar. Macron espera de esta manera desinflar el éxito electoral de Le Pen de cara a las elecciones presidenciales de 2027, donde Macron ya no estará en el campo sino la centroizquierda, entre las que destaca la resurrección de los jóvenes socialistas. Gluckman, puede jugar sus cartas si el juego de alianza funciona.
“Francia – declaró Macron – necesita una mayoría clara para actuar en serenidad y armonía. La victoria de la extrema derecha no es un buen resultado para los partidos que defienden Europa. Te devuelvo la elección de tu futuro."