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Francia, Barnier es una figura muy destacada y ciertamente proeuropea, pero la sombra de los votos de Le Pen es una amenaza insostenible.

¿Cómo logrará Barnier reunir en el Parlamento una mayoría que no tiene sobre el papel? ¿Habrá algunas sorpresas en la casa socialista o tendrá que contar con un apoyo indirecto pero políticamente muy embarazoso de Le Pen?

Francia, Barnier es una figura muy destacada y ciertamente proeuropea, pero la sombra de los votos de Le Pen es una amenaza insostenible.

Nadie niega que el nuevo primer ministro francés Michel Barnier es una figura de gran importancia política e institucional y, como declaró inmediatamente el Presidente de la Comisión Europea Ursula von der Leyen, un político que realmente se preocupa porEuropa haber sido no sólo Eurocomisario sino también el gran negociador de la UE en Brexit. Por tanto, nada que decir sobre el alto perfil de Barnier, un gaullista de izquierda y republicano con una clara fe democrática.

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Pero los verdaderos problemas políticos a los que se enfrenta Barnier son tres y tan grandes como una casa: ¿cuál será su programa, qué mayoría podrá reunir y cuánto pesará sobre su gobierno la influencia de la extrema derecha de Marine Le Pen?

Sobre el primer punto sólo tenemos que esperar, pero a partir de ahora podemos imaginar que su Gobierno será sin duda proeuropeo y pro Ucrania, que en inmigración será más restrictivo que los anteriores y que defenderá el polémico reforma de pensiones, tan querido por el Presidente de la República, Emmanuel Macron que lo deseaba firmemente a pesar de la incomprensible hostilidad de la izquierda y los sindicatos.

Pero el punto decisivo es más político que programático: ¿conseguirá Barnier tener una mayoría en la Asamblea Nacional? No en papel, porque todos los Frente popular anunció un voto en contra y el sábado saldrá a la calle contra la elección de Macron, que no quiso dar espacio a la izquierda. Por lo tanto, al principio Barnier sólo puede contar con el voto del Republicanos y macronianos que están muy lejos del quórum. Salvo sorpresas, actualmente imprevisibles, por parte del ala pensante del socialistas.

Por eso el peligro real es la orientación de la extrema derecha de Le Pen, que inicialmente definió a Barnier como "un fósil" pero, astutamente, se reservó el derecho de evaluar el discurso programático que el nuevo primer ministro pronunciará en el Parlamento. Esto significa que La Pluma No excluye a priori no un voto a favor sino una abstención que podría dar origen al Gobierno Barnier pero con la vergüenza del apoyo indirecto de la extrema derecha que había sido derrotada en las elecciones. En definitiva, un gran enigma que está lejos de estar resuelto.

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