Como se anunció ampliamente, Fitch también rebaja la calificación de Italia y baja su calificación de A+ a A- con perspectiva negativa. El primer ministro Monti no se molestó: "Escucho la sentencia con una serenidad distante" también porque se trata de una boleta de calificaciones basada en el pasado y porque la propia agencia, tal vez sintiéndose un poco avergonzada por la intempestividad de su sentencia, reconoció la buen trabajo realizado por el Gobierno italiano en ejercicio y admitió que, sin la recuperación y las reformas de Monti, las votaciones hubieran sido mucho peores. La parcialidad y la desconexión temporal -es curioso que las rebajas no llegaran el verano pasado cuando Italia tenía un gobierno sin credibilidad internacional- reducen fuertemente la influencia de las agencias de calificación aunque pesen sobre las opciones de cartera de los fondos internacionales. Pero ahora está claro que la salida de la crisis no depende tanto de los votos de las agencias de calificación como de la capacidad de los dos Super Marios (Monti y Draghi) para convencer a Alemania de que defender el euro conviene a todos pero que para ello hay que frenar la especulación ofreciendo un escudo (el propio BCE o el fondo de ahorro del Estado transformado en banco) capaz de soportar con medios ilimitados la deuda soberana de los países más expuestos.
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Fitch rebaja la calificación de Italia pero reconoce que sin Monti el juicio hubiera sido más severo
La calificación baja de A+ a A- y la perspectiva es negativa pero la agencia reconoce el trabajo realizado por Monti y reconoce que sin el trabajo de recuperación y reforma del nuevo gobierno, la calificación hubiera sido más negativa – Monti: “Entiendo el juicio con serenidad desapegada”, también porque se basa principalmente en el pasado