Esta vez Italia evita la rebaja y da un suspiro de alivio: a diferencia de lo que sucedió el pasado mes de octubre con la decisión de Moody's de recortar la calificación de la deuda soberana italiana (considerando, sin embargo, la perspectiva estable), la agencia de calificación Fitch ha decidido no sopesar su juicio sobre las cuentas de los Belpaese y de confirma la calificación BBB, manteniendo la perspectiva negativa. Sin embargo, la calificación BBB sigue siendo una calificación muy baja, solo dos escalones por encima de la llamada basura, es decir, la serie B de ratings en la que quedan relegados los deudores considerados menos fiables.
Por tanto, la calificación se ve afectada, por un lado, por el altísimo nivel de deuda pública y por la ausencia de reformas para ajustar el déficit, así como por la todavía débil calidad de los activos bancarios y una tasa de crecimiento del PIB demasiado baja, pero factores positivos (que impidieron el "descenso") Fitch cita en su lugar economía diversificada y de alto valor agregado, con indicadores de desigualdad y desarrollo humano muy superiores a los de países con una calificación similar. También son positivos, de nuevo según la valoración de la calificadora estadounidense, el endeudamiento "moderado" del sector privado, la sostenibilidad del sistema de pensiones, la favorable duración de los títulos de deuda pública (6,7 años de media) y una baja de los deuda de divisas.
Fitch, al confirmar la perspectiva negativa, también revisó a la baja sus previsiones económicas para Italia: estima para 2019 un crecimiento del 0,3% del PIB (desde el +1,2% previsto en agosto) y 0,6% en 2020. La agencia también prevé un aumento del déficit hasta el 2,3% del PIB en 2019, frente al 2% estimado por el gobierno italiano. De las tres principales agencias de calificación de EE. UU., por lo tanto, Standard & Poor's y Fitch han pospuesto su rechazo, manteniendo una calificación negativa, mientras que para Moody's Italia está ahora a un paso del nivel basura.
Para hacer comparaciones, según Moody's, la deuda italiana es menos fiable no sólo que la española sino también la búlgara y está al nivel de Rumanía y Hungría. Según S&P, Italia está peor que Polonia, mientras que Fitch considera al mismo nivel las deudas soberanas de Italia, Portugal y Bulgaria.