El escenario que se perfila para el mundo del fútbol italiano e internacional es el que está en el aire desde hace días. Hoy llega el anuncio oficial de la reunión de la UEFA, vía videoconferencia con las 55 federaciones miembro: los europeos se aplazan un año a junio de 2021 (comienza el 11 de junio en Roma), esto es para alejar la pesadilla de la infección por coronavirus pero también para permitir, al menos, la continuación regular, si es posible y tan pronto como sea posible, de los campeonatos y copas nacionales. Mientras llegan noticias desde Sudamérica de que la America's Cup también ha sido pospuesta para el próximo año, la certeza en Europa es que… no hay muchas certezas.
De hecho, más allá del aplazamiento seguro de la Eurocopa, el resto está por verse. Ya hay hueco en el calendario, pero todo depende del coronavirus y el hecho de que muchos países están subestimando la emergencia (o lo hacía hasta hace unas horas) lo pone todo en entredicho, porque el fútbol es el deporte por excelencia al que uno viaja, se juega en estadios con decenas de miles de espectadores abarrotados y donde los equipos están formados por decenas de jugadores de diferentes nacionalidades. , con el riesgo de expandir la epidemia como se vio con el Atalanta-Valencia en la Champions League.
Hay varias hipótesis sobre la reanudación de la Serie A: la más optimista, pero quizás utópica, es la de una reanudación el 14 de abril, quizás a puerta cerrada. El presidente de la Federación de Fútbol Gabriele Gravina se centra en cambio en el mes de mayo, mientras la hipótesis más extrema es permanecer estacionario incluso hasta mediados de junio, con el campeonato por tanto a completarse a mediados de verano, jugando hasta finales de julio. Para las copas de Europa, en cambio, la UEFA pretende jugar todos los partidos con regularidad, ida y vuelta. Teniendo en cuenta que aún está por completarse el cuadro de los octavos de final, la Europa League volvería a arrancar a finales de abril y la Champions League el 5 de mayo, con la final a finales de junio (el 27 es el último sábado).
Mientras tanto, la UEFA y las delegaciones también están discutiendo el aspecto económico: aplazar la Eurocopa es el menor de los males, pero las pérdidas seguirán siendo enormes. Por eso es necesario a toda costa (ya sea por la regularidad de los tornos, o por las arcas del club, o por las televisiones y también por la alegría de la afición, que necesitará un desvío cuanto antes) traer la campeonatos a términos de selecciones nacionales y copas. Por esta razón dos comisiones están a punto de constituirse, uno de los cuales tratará de las consecuencias económicas del efecto del virus y el otro de organizar más hipótesis de calendario.