Neuralink, la empresa de neurotecnología cofundada por Elon Musk en 2016, implantó su primera microchip en cerebro humano. El anuncio se produjo a través de X (antes Twitter), el canal de comunicación favorito de Musk, quien compartió el entusiasmo por el progreso inicial: “El primer humano recibió ayer un implante de Neuralink y está logrando avances notables. Los resultados preliminares muestran una prometedora detección de picos neuronales".
Con sede en Fremont, California, Neuralink está investigando y desarrollando implantes cerebrales que se conectan a una computadora, con el objetivo de ayudar a personas con discapacidades neurológicas, como la esclerosis lateral amniotrófica (ELA) o la enfermedad de Parkinson. La empresa reclutó voluntarios para ensayos clínicos destinado a probar su dispositivo, uninterfaz cerebro-computadora capaz de interpretar la actividad eléctrica de las neuronas y traducirla en comandos para controlar dispositivos externos a través del pensamiento. Estos avances fueron precedidos por una larga, y no sencilla, experimentación con monos, demostrando la posibilidad de jugar al Pong sin ayuda de controladores o teclados.
¿Cómo funciona el chip Neuralink en el cerebro?
Sin embargo, el camino de Neuralink no ha estado exento de desafíos y escrutinio, con multas recibidas por violaciones de las regulaciones sobre el transporte de materiales peligrosos e investigaciones de seguridad por parte de la Comisión de Bolsa y Valores (US Consob). Al final, la startup lo consiguió. Aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. en mayo pasado para realizar pruebas en sujetos humanos, logrando también recolectar más de 320 millones de dólares para financiar su progreso. El ensayo involucra a pacientes que padecen tetraplejía y ELA, con un abordaje quirúrgico que implica la inserción de 64 cables flexibles, más delgados que un cabello humano, en una parte del cerebro responsable de la intención del movimiento. Estos cables permiten la configuración experimental, alimentados por un batería recargable modo sin hilos, para registrar y transmitir señales cerebrales a una aplicación que cambia la forma en que la persona quiere moverse. Según las previsiones de la empresa, serán necesarios seis años para completar el estudio.
El objetivo final de Musk: “Una simbiosis con la IA”
Además de los objetivos médicos, Neuralink mira hacia el futuro con la ambición de una simbiosis coninteligencia artificial. Musk afirma que estos microchips no sólo restaurarán la capacidad de caminar de los pacientes paralizados, devolverán la vista a los ciegos y curarán enfermedades psiquiátricas como la depresión, sino que también permitirán comunicación avanzada a través de impulsos cerebrales y transmisiones de información vía Bluetooth. En pocas palabras, Musk imagina que esta tecnología afectará no solo a las vidas de las personas con discapacidades físicas y sensoriales: las personas podrán comunicarse directamente con dispositivos electrónicos a través del pensamiento, y los microchips podrían facilitar la transmisión de datos entre el cerebro humano y otros dispositivos. electrónico.
En un panorama donde empresas como Onward y Clinatec están explorando las posibilidades de los implantes cerebrales, Neuralink sigue en el centro de atención con la ambición de reducir el "riesgo para nuestra civilización" asociado con la inteligencia artificial y hacer que esto tecnología accesible para todos, aunque sea a un precio elevado: el precio final para el consumidor ronda los 40.000 dólares.