Día de pesadilla en la Bolsa de Frankfurt para Bayer. La acción del gigante farmacéutico alemán llegó a perder más del 10%, perdiendo casi 8 millones en capitalización. La lluvia de ventas se desencadenó con el sorpresivo fallo que llegó el domingo, cuando un tribunal de Estados Unidos condenó a Monsanto -el gigante de la biotecnología agrícola con el que Bayer completó su fusión este año- a una maxi-indemnización de 289 millones de dólares en contra de un jardinero que supuestamente contrajo cáncer por usar algunos de los herbicidas de la compañía.
Según el juez de San Francisco que emitió el fallo, Monsanto no informó los riesgos asociados con el uso del producto que contiene glifosato, una sustancia que ya está en el centro de la controversia y las disputas legales por considerarse nociva, como debería ser. Monsanto ha negado las acusaciones y ya ha anunciado que apelará.
Dewayne Johnson, guardián de una escuela en el área de San Francisco, usó el herbicida Monsanto para trabajar y desarrolló una erupción en 2014, a la edad de 42 años. Más tarde, le diagnosticaron un linfoma no Hodgkin.
Los abogados de Monsanto argumentan que ese tipo de linfoma tarda años en manifestarse y que, por lo tanto, Johnson debe haberlo tenido desde antes de su mandato en el distrito escolar.
Este es el primer caso que lleva a la Corte una denuncia vinculada al supuesto vínculo entre el glifosato y un diagnóstico de cáncer. “El jurado se equivocó”, respondió acaloradamente el vicepresidente de Monsanto.
Sin embargo, existen alrededor de 5.000 denuncias en EE. UU. similares a la que está en el centro del caso Dewayne Johnson, lo que podría sentar un precedente importante para el sistema judicial estadounidense. También por este motivo, la multinacional ahora corre el riesgo de recibir cientos de denuncias más.