Il Cambios en el fútbol italiano, Por lo menos a nivel de gobernanza. En la reunión extraordinaria celebrada ayer en Fiumicino, la FIGC aprobó la reforma del estatuto federal propuesto por el presidente Gabriele Gravina. La modificación recibió el apoyo del 83% de los delegados presentes, con un total de 461,69 votos a favor de 516. Sin embargo, existe una claro desacuerdo con la Serie A: Ningún club votó a favor, con ocho equipos en contra y doce abstenciones.
Durante la votación, que analizó cada artículo de la reforma, la Serie A se mantuvo unida en el no apoya la propuesta, excepto el artículo sobre el papel de los árbitros, que obtuvo cuatro votos favorables. La reforma introduce cambios en la composición de la junta directiva y en el peso electoral de las distintas categorías del fútbol.
La línea Gravina pasa entonces pero las tensiones con la Liga Serie A, dirigida por Lorenzo Casini, siguen abiertas.
¿Qué es la Reforma Gravina?
La reforma pretende rediseñar el peso electoral de las ligas en el Consejo Federal de la FIGC, dando mayor influencia a la Serie A, pero sin acceder a todas las peticiones de la Liga de los mejores clubes. La disposición responde en parte a la enmienda Mulè, que pedía aumentar el peso representativo de la Serie A "teniendo en cuenta la contribución económica" que esta categoría aporta al fútbol italiano.
En la práctica, la reforma aumenta el número de representantes de la Serie A de tres a cuatro y su peso electoral del 12% al 18%, dejando sin embargo a algunos clubes descontentos, que aspiraban a un aumento mayor. Al mismo tiempo, el Serie B ve crecer a sus representantes de uno a dos, mientras que el Lega Pro pierde un representante, reduciendo su presencia de dos a uno (del 17% al 12%). Allá Serie d (34%) no asociaciones de futbolistas (10%) y de la entrenadores (20%) mantienen sus cuotas de representación, mientras que elAsociación de árbitros italianos (La Haya) pierde su puesto en el Consejo.
La La Serie A obtiene más autonomía y un poder de veto sobre temas de su competencia, pero pierde el control directo en el campeonato, ahora bajo el supervisión por una autoridad independiente. La FIGC, sin embargo, mantiene un contraveto sobre algunas cuestiones técnicas y sobre la gestión arbitral, una concesión que la Serie A había intentado evitar. De hecho, en julio, la Lega Serie A había presentado una solicitud para obtener un quinto concejal y un peso electoral del 20%, opciones rechazadas por la FIGC.
Ganadores y perdedores: Serie A en contra, otras ligas a favor
La reforma sí aumenta el peso electoral de la Serie A, pero algunos clubes creen insuficiente este crecimiento, prefiriendo una mayor representación (citando especialmente el contenido de la enmienda Mulé sobre el peso de las ligas en relación con la contribución económica). La Lega Serie A pretendía tener mayor control y un peso electoral del 20% con 5 concejales federales. El esquema propuesto por Casini era 5 para A, 1 para B, 1 para C, como máximo 5-1-2 o 5-2-1, subiendo a 6 con una renuncia de D.
De ahí el descontento de la Liga y la elección de votar en contra o abstenerse. Una votación, sin embargo, que muestra una ruptura dentro de la Serie A: sólo 8 clubes (entre ellos Milán, Nápoles y Lazio), partidarios de Lotito y Casini, votaron en contra, mientras que 12 (como Inter, Roma, Atalanta y Juventus) se abstuvieron, prefiriendo una actitud más moderada y un diálogo con la FIGC. Una división Esta división indica una pérdida de compacidad y un debilitamiento de la posición del presidente de la Liga, Lorenzo Casini, que podría provocar más tensiones en los próximos meses.
¿Qué cambia para el fútbol italiano?
Con la nueva reforma, esencialmente, la La Serie A gana un papel más importante en la gestión de sus propios asuntos, pero sin control absoluto que él hubiera querido. El aumento del peso electoral es importante, pero la Serie A no obtiene el poder de tener la última palabra en caso de desacuerdos con la FIGC, especialmente en cuestiones delicadas como el registro de jugadores extracomunitarios y las normas de concesión de licencias nacionales.
La reforma representa un compromiso entre las peticiones de la Serie A y la necesidad de mantener un equilibrio entre los diferentes componentes del fútbol italiano. La FIGC ha garantizado una mayor representación a los mejores clubes, pero ha mantenido el control sobre algunos aspectos estratégicos y regulatorios para preservar la unidad de todo el sistema. El descontento de la Serie A podría llevar a más reclamaciones y apelaciones, como el ya anunciado para cuestionar la legitimidad de la asamblea.
Reforma del fútbol: Gravina está satisfecho pero persisten las tensiones
El deputado Giorgio Mule, impulsor de la enmienda que subyace a la reforma, ha satisfacción expresada por el resultado, calificándolo como “un paso adelante en modernización del sistema de fútbol”. Para Mulè “después de 20 años empezamos a trabajar en uno estatuto antihistórico, gracias a la famosa enmienda. Ya sean cuatro o cinco directores de la Serie A, lo importante era reconocer la indispensabilidad de una verdadera reforma".
lorenzo casini, presidente de la Lega Serie A, ha confirmó la ruptura entre los clubes, explicando: “Ningún club votó a favor. Las empresas eran libres de abstenerse, lo importante era mantener una posición desfavorable”. Casini anunció entonces que la Liga ha presentado un recurso de apelación y que la reunión del 18 de noviembre servirá para "decidir cómo proceder".
La respuesta del presidente de la FIGC no se hizo esperar. gabriele gravina: “Fuimos al encuentro de la Serie A copiando lo que nos pedían. Las 12 abstenciones evidenciaron el malestar entre quienes comprendieron el esfuerzo realizado y quienes quisieron forzar".
Por lo tanto, las tensiones entre la Serie A y la FIGC siguen siendo acaloradas y se esperan nuevas medidas tanto de la Liga como de la Federación en las próximas semanas para aclarar su posición y buscar un camino común. La reforma podría representar un primer paso hacia una mayor autonomía para la Serie A, pero la falta de consenso unánime indica que el camino hacia un equilibrio estable es todavía largo y lleno de obstáculos.