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Brasil, el doble juego de Lula: coquetea con Putin y firma acuerdos multimillonarios con China

Los últimos movimientos del presidente, que estuvo primero en Moscú y luego en Pekín, no agradarán a Washington ni a Bruselas: Brasilia ofrece apoyo geopolítico al Kremlin y el eje comercial con Asia es cada vez más intenso, con el riesgo de privar a Europa de importantes materias primas.

Brasil, el doble juego de Lula: coquetea con Putin y firma acuerdos multimillonarios con China

¿Por qué elegir entre? Estados Unidos e China ¿Si se puede hacer negocio con ambos? En un mundo cada vez más polarizado entre el Occidente democrático y los “otros”, a menudo gobernados por autocracias, hay un país que mejor que ningún otro demuestra la posibilidad de una tercera vía, de un diálogo equidistante (o equicercano) con todos, y de relaciones comerciales libres, no condicionadas por simpatías ni oportunidades geopolíticas. Es el Brasil di Calamar, que forma parte del G20, es amigo de Estados Unidos y de Europa, pero no tiene problemas en mantener relaciones muy estrechas con Rusia y China.

Un claro ejemplo de la estrategia de la primera economía sudamericana (y octava del mundo por delante de Italia, en términos de PIB nominal) se vio en las últimas semanas, cuando Lula aceptó sin ningún problema la invitación de Vladimir Putin. Putin en Moscú para celebrar los 80 años de la victoria soviética en la Segunda Guerra Mundial. El presidente chino estuvo en el Kremlin. Xi Jinping y personajes del perfil de Nicolás Maduro, el dictador venezolano. Sólo el eslovaco Robert Fico, que pertenece a esa minoría prorrusa en un continente que es el que más se opone a Putin, a través de sanciones comerciales y apoyo explícito a Ucrania, salió de la Unión Europea.

Con Rusia la intención de incrementar las relaciones comerciales

El viaje de Lula ha sido duramente criticado en su país porque Putin, señala la prensa, "no solo es un autócrata y un invasor, sino un criminal de guerra condenado por la Corte Penal Internacional. Mostrarse como su cómplice es una mala señal para la democracia y corre el riesgo de poner a Brasil en una mala imagen ante la comunidad internacional". El presidente, sin embargo, afirmó que la visita a Moscú serviría para "fortalecer y reconstruir con mayor fuerza nuestra alianza estratégica. Brasil tiene intereses políticos, comerciales, culturales, científicos y tecnológicos con Rusia. Somos dos grandes naciones en continentes opuestos. Formamos parte del Sur del mundo y tenemos la oportunidad, en este momento histórico, de ampliar considerablemente nuestras relaciones comerciales".

Palabras que seguro no agradarán Washington y Bruselas, que reprochan principalmente a Lula su posición ambigua sobre la guerra en Ucrania (Brasil es promotor del “club de la paz” con China e India) pero que tienen sentido desde un punto de vista empresarial: en 2024, los intercambios comerciales entre Brasil y Rusia alcanzaron un valor récord de 12,4 mil millones de dólares.

Los intensos enredos comerciales con China

Aún más intensas son las relaciones entre la locomotora sudamericana y la China. Después de Moscú, Calamar voló a Beijing recibido por Xi Jinping Para recordar al mundo que toda América Latina se adhiere ahora a la Ruta de la Seda, mientras que muchos países europeos –incluida Italia– se han retirado, y en tiempos de aranceles eso no es una buena idea. Es por ello que el presidente brasileño no se equivoca del todo al acercarse a su socio asiático, del que obtuvo durante su última visita un compromiso de 27 millones de reales (4,3 millones de euros) de inversiones chinas en Brasil.

Va desde el fortalecimiento de la alianza para la coches eléctricos a casi 1 millones de euros para producir carburante verde para la aviación a partir de caña de azúcar, hasta la entrada en el mercado brasileño de los gigantes asiáticos del reparto y la comida rápida Meituan y Mixue. La asociación también incluye la apertura de una fábrica. semiconductores Chinos en Brasil, acuerdos en el campo farmacéutico y la adquisición por parte de Baiyin de China de una mina de cobre en Alagoas, por un valor de 400 millones de euros. China ya es el principal mercado de las exportaciones brasileñas, con más del 25% del total. “La demanda china –dijo Lula– ha sido uno de los motores de nuestro crecimiento desde principios de siglo, y nos ha permitido avances significativos en la reducción de la pobreza y las desigualdades”, afirmó Lula, quien también recordó el atraso infraestructural y tecnológico de su país: “El El apoyo chino es esencial “Para poner en marcha autopistas, ferrocarriles, puertos y líneas de transmisión eléctrica”.

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