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El Quijote de Cervantes: una obra maestra de la literatura que interpreta la crisis de los grandes ideales de la sociedad española

Don Quijote de la Mancha, la novela española que describe al héroe de los molinos de viento. La obra de Miguel de Cervantes Saavedra se publicó en dos volúmenes, en 1605 y 1615

El Quijote de Cervantes: una obra maestra de la literatura que interpreta la crisis de los grandes ideales de la sociedad española

"Con las mejillas hundidas y el pelo gris, se dedica a leer historias de caballería: cuando los caballeros errantes vagaban por las montañas y los mares rescatando doncellas en peligro, matando dragones y gigantes, estableciendo reinos de justicia". 

Lecturas que lo inspiran y al mismo tiempo lo vuelven un poco loco, tan loco que Don Quijote elige la aventura enjaezado con una armadura oxidada y chirriante, heredada de sus tatarabuelos, además de su caballo tan anciano y huesudo como él, al que llama Rocinante. 

El instinto del hombre de seguir cualquier estrella, de escapar de la monotonía de la vida cotidiana, es tan común que generaciones enteras no sólo han aceptado la locura de don quijote como un hecho comprensible, pero creían que en realidad existía más allá de la imaginación de su inventor, Miguel de Cervantes Saavedra. Quien afirmó haber creado el personaje tras leer un manuscrito inédito de un historiador árabe. 

Se cree que Don Quijote es un personaje que encarna a la perfección la personalidad de su autor

Cervantes comenzó a escribir el libro cuando ya tenía 50 años y, por lo que se sabe, después de haber luchado contra molinos toda su vida.

buscó la gloria en batalla de Lepanto, donde perdió el uso de su mano izquierda. Fue prisionero de piratas turcos de Argel durante seis años. La suerte nunca había estado de su lado, tanto como escritor como servidor público y por cuestiones poco claras había estado dos veces en prisión, donde también fue encerrado poco antes de su muerte, tenía 68 años. 

Lo que surge al leer el libro es el miedo al fracaso, el desastre financiero y el terror al ridículo que se combinan para dar lugar a un mal psicofísico.

Acompañado por el escudero Sancho Tela, el campesino gordo que montaba un burro, pero tan concreto en sus elecciones como su amo exaltado por la locura, dio a luz al fiasco más sensacional "la batalla contra los molinos de viento". 

Un día Don Quijote recorría la llanura de La Mancha, cuando de repente vio un grupo de molinos de viento a los que confundió con forajidos gigantes de brazos largos. Sancho señaló que eran simples molinos, pero don Quijote no se dio cuenta y, bajando la lanza, espoleó a su cabalgadura para enfrentarse a ellos. La rueda chirriante del molino, impulsada por el viento, rompió la lanza del caballero, arrojándolo al suelo mientras decía con asombro: "Tal es el destino en la guerra y si lo pienso, estoy seguro de que debe ser obra de un mago que convirtió a los gigantes en molinos solo para quitarme la gloria de vencerlos".

El intrépido Don Quijote siempre ignoró las dudas y burlas de quienes lo rodeaban.

filósofo español José Ortega Y Gasset en su "meditaciones su Don Quijote”, describe puntualmente cómo es un hecho que hay hombres que se empeñan en no estar satisfechos con la realidad que les rodea. Pretenden cambiar el curso de las cosas, por eso se niegan a repetir los actos que la costumbre y la tradición les obligarían a realizar. Estos también son los héroes, porque ser uno mismo significa "heroísmo".

Para un hombre que se compromete a ser fiel a sí mismo, el mayor peligro radica en cuestionar su propio objetivo aceptando la realidad de los demás. Pero en algún momento, la entrega total a un sueño puede transformar a una persona en un ser que para los demás es una locura. Don Quijote dedicó sus energías a enderezar lo que parecía torcido: estaba del lado de los ángeles. En última instancia, se puede perdonar la insensatez de aquellos que, sirviendo a su propio sueño, en cierto sentido sirven también a toda la humanidad.

Con esta novela Cervantes pretendía ante todo fustigar contra los libros de caballerías y el consumo desmesurado que se hacía al momento de estas lecturas. 

Don Quijote de Salvator Dalí

Tutto la novela se puede interpretar en clave simbólica, como espejo de una sociedad en crisis, la española de la época: despoblamiento del campo, pequeños propietarios que van a la ciudad en busca de fortuna y la nobleza que ya no está a la altura. Los grandes y nobles valores del heroísmo, la generosidad, la grandeza, sobre los que se fundaba la civilización caballeresca, aparecen desprovistos de sentido y donde la humanidad, confundida por la falta de nuevos ideales, se exalta idealizando el pasado, al igual que Don Quijote de los Consejo.

En un mundo que todavía lucha por encontrar ideales, lógicas y esperanzas, aquellos que no se alinean con las masas a menudo pueden parecer "quijotescos" con éxito o fracaso. Para qué tomar si alguien nos atribuye este noble término, mucho mejor que ser perfecto en una sociedad que condena la moralidad. “La locura es, pues, una ilusión reconfortante: la mayor derrota de don Quijote está en su recobro. En última instancia, se puede perdonar la insensatez de aquellos que, sirviendo a su propio sueño, en cierto sentido también sirven a la humanidad entera".

Tomado del archivo del libro y del audiolibro. Mariposas de Antilia

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