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Cottarelli: "La deuda se puede reducir: Bélgica lo demuestra"

Mientras continúan las discusiones sobre la maniobra italiana con Bruselas, el pasado XNUMX de diciembre el Eurogrupo avanzó hacia la reforma del Mecanismo Europeo de Estabilidad. Una conferencia del IAI sobre la crisis de la deuda soberana ha propuesto nuevos análisis y estudios de casos. Y Messori advierte: "Cuidado con la reestructuración de deuda ex ante, sería dramático"

Cottarelli: "La deuda se puede reducir: Bélgica lo demuestra"

“En 94, Bélgica tenía una deuda pública del 134,1% del PIB y en 14 años la ha reducido en 50 puntos porcentuales, con un superávit primario de media del 5%. Esta situación permitió a Bélgica "enfrentar la Gran Recesión con un menor nivel de deuda y los belgas estuvieron menos expuestos a los ataques especulativos". Así lo explicó Carlo Cottarelli, director del Observatorio de las cuentas públicas italianas, durante el debate internacional "Prevención y gestión de las crisis de deuda soberana en Europa" organizado por el Istituto Affari Internacional (IAI) en colaboración con Intesa Sanpaolo.

DEUDA PÚBLICA, SOSTENIBILIDAD Y EL FONDO DEL ESTADO

La deuda pública, su sostenibilidad y la propia sostenibilidad de las políticas presupuestarias siguen siendo, por tanto, un tema central para la estabilidad del Eurosistema. Y a pesar de lo técnico que es, el tema es de gran actualidad en un momento en que Italia está siendo examinada en Bruselas sobre la maniobra de 2019 y el diferencial Btp-Bund muestra aumentos alarmantes. Carlo Cottarelli dio ejemplos de algunas de las economías avanzadas que han visto reducida significativamente su deuda pública en los últimos treinta años y cómo han logrado reducirla. Sobre todo, resaltó la importancia de tener presente “la diferencia entre la sostenibilidad de las finanzas públicas y la sostenibilidad de la deuda” como punto de partida en la gestión de las crisis financieras.

La reunión organizada por el IAI se produjo tras la última reunión entre ministros de Finanzas de la eurozona: “Tras meses de intensas negociaciones y al final de una reunión muy larga y compleja, hemos llegado a un plan maestro para fortalecer el euro, un plan aprobado por todos nosotros”, comentó el presidente del Eurogrupo Mario Centeno.

La plaza se encuentra sobre la consolidación de Mecanismo de estabilidad europeo, el mecanismo de estabilización financiera permanente que representa el fondo común europeo para ayudar a los países en dificultades. Para recibir el préstamo, el Estado miembro deberá cumplir las normas del Pacto de Estabilidad y no tendrá que ser objeto de ningún procedimiento de infracción. Hasta la fecha, Italia no cumple con la primera condición y es posible que pronto tampoco cumpla con la segunda si las negociaciones en curso con Bruselas no dan frutos.

LAS CONSECUENCIAS PARA ITALIA

Marcello Messori, economista y profesor de la Universidad Luiss de Roma, quien habló en la mesa de discusión del IAI, explicó sus perplejidades con respecto a los resultados que surgieron del último Eurogrupo: en primer lugar, no surgió una visión común sobre los instrumentos del Mecanismo Europeo de Estabilidad para la Convergencia y Estabilización Fiscal, ni se ha avanzado en la creación de un presupuesto para la zona del euro. Sobre todo, es la posición deficiente de Italia lo que preocupa al economista: "Pensar en el nuevo poder del Mecanismo Europeo de Estabilidad como capaz de determinar una política de reestructuración de deuda ex ante representaría un cambio dramático que podría desencadenar una serie de inestabilidades a nivel macroeconómico, mientras que una intervención de reestructuración ex post sería inevitable y eficiente”.

Según ha explicado Centeno, el acuerdo se refiere en particular a la reforma del Mecanismo Europeo de Estabilidad en la gestión de crisis financieras, que podría convertirse en el paracaídas del Fondo de Resolución Bancaria Europea incluso antes de lo previsto, ya en 2020, "siempre que existan suficientes riesgos reducciones en los balances de los bancos. El acuerdo, de hecho, prevé una cláusula bien definida, a saber, que el paracaídas se dispara en 2024, salvo en los casos extraordinarios de urgencia mencionados anteriormente. El nuevo enfoque debería permitir a las instituciones europeas actuar con mayor rapidez que en el pasado en caso de crisis que afecte a una institución bancaria de la eurozona.

NUEVAS REGLAS, PROS Y CONTRAS

“La posición más rígida prevé que, para acogerse al apoyo del Mecanismo Europeo de Estabilidad, un país en dificultades primero debe reestructurar su deuda”, según explica en una nota del IAI Franco Passacantando, asesor científico del IAI y Nicola Bilotta, investigadora del IAI. “Esta propuesta es peligrosa por varias razones. En primer lugar, es muy difícil desde un punto de vista técnico establecer si un país tiene una deuda sostenible o no. La decisión, inevitablemente discrecional, tomaría por tanto una connotación fuertemente política, con el riesgo de alimentar aún más las cada vez más populares posiciones soberanas y antieuropeas en la actualidad. Para evitar esta politización, algunos proponen establecer umbrales numéricos, a partir de los cuales se reestructuraría la deuda. De esta manera, sin embargo, se desencadenaría una crisis de fuga de bonos del gobierno justo cuando la deuda se acerca al umbral numérico. Además, gran parte de la deuda está ahora en manos de intermediarios financieros y de particulares residentes en el país, sobre todo en Italia. Su reestructuración tendría graves consecuencias sobre la demanda interna y llevaría al colapso del sistema financiero del país, concluyó el IAI.

Un segundo elemento sobre el que el Eurogrupo ha encontrado una posición común es el relativo a la decisión de facilitar la reestructuración de la deuda soberana mediante la introducción de la cláusula "CAC de una sola rama” a partir de 2022 al introducirlo en el Tratado sobre el Mecanismo Europeo de Estabilidad, por el que los ministros de Hacienda han decidido vincular los bonos soberanos con cláusulas simplificadas de acciones colectivas en justicia que, al dar la última palabra a la mayoría de los bonistas, facilitará cualquier reestructuración .

Sobre la cuestión del presupuesto de la zona del euro, todavía está lejos de alcanzarse un acuerdo: “Sobre la base de un mandato de la cumbre de la zona del euro, podría comenzar a trabajarse en el diseño, la aplicación y el calendario de un instrumento dedicado a la convergencia y la competitividad”, Informó el presidente Centeno. La discusión fue acalorada sobre el tema y vio la fuerte oposición de Holanda y el Frente Norte. El temor de algunos gobiernos es crear riesgo moral en países muy endeudados que podrían ver en el presupuesto común una justificación para no sanear sus finanzas públicas.

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