(Clausura a las 10,20 am del domingo 16 de abril) Corea del Norte intenta, pero falla, lanzar un nuevo misil: explotó inmediatamente después del despegue.
Trump no habla y responde a la última provocación de Pyongyang con un "sin comentarios" transmitido por el Pentágono. Corea del Sur y Estados Unidos están ocupados obteniendo más información sobre el tipo de misil utilizado. Y justo el domingo por la mañana, el vicepresidente estadounidense Pence llegó a Seúl, Corea del Sur.
La explosión del cohete norcoreano, que tuvo lugar en la plataforma de lanzamiento, demuestra que Pyongyang no tiene medios para contrarrestar el poder estadounidense pero, por otro lado, deja abierta la posibilidad de que todavía quiera intentarlo o que mientras tanto su objetivo es golpear a Seúl, un objetivo mucho más cercano y dentro del alcance con la mano. Sin embargo, el líder coreano, retenido por China, quiso demostrar que puede hacer daño exhibiendo misiles nucleares durante el desfile que conmemoró a su abuelo y fundador del estado el sábado.
¿Qué hará ahora Estados Unidos? No parecen querer aceptar la provocación. "El presidente y su equipo militar están al tanto del último lanzamiento de misiles de Corea del Norte, que no tuvo éxito", dijo el jefe del Pentágono, Mattis. El presidente no tiene más comentarios". Ahora la pregunta es si, como en el caso de Siria, Trump decidirá reaccionar a la provocación usando la fuerza.
El vicepresidente de EE. UU., Mike Pence, comienza una gira de 10 días por Asia en Seúl y fue informado sobre el intento fallido de lanzamiento de un misil coreano durante el viaje.
La visita de Pence tiene como objetivo consolar a los aliados de Asia en un momento crítico en la confrontación con Corea del Norte. El vicepresidente, que está acompañado por su esposa y sus dos hijas mayores, se reunirá con el primer ministro surcoreano, Hwang Kyo-ahn, quien cumple funciones presidenciales, tras el juicio político a la presidenta Park Geun-hye a la espera de las elecciones de mayo.
Pence, hijo de un veterano de la Guerra de Corea (1950-53), cuya Estrella de Bronce conserva en el cargo, depositará, entre otras cosas, una ofrenda floral en el Cementerio Nacional de la capital de Corea del Sur y luego se unirá a las tropas estadounidenses y surcoreanas para el celebraciones de semana santa. Luego estará en Tokio el martes, donde se reunirá con el primer ministro Shinzo Abe, otro aliado estratégico.