comparte

Conte no dimite y busca desertores en el Parlamento pero será un rifirrafe

De cara al debate y voto de confianza del lunes en las Cámaras, el primer ministro intenta reunir a un grupo de una decena de parlamentarios disidentes -a los que unos llaman "responsables" y otros nuevos Scilipoti- para apuntalar la mayoría sin IV -con la esperanza de cerrar las cuentas con Renzi, el Pd por ahora se une alrededor de Conte y dispara perdigones al líder de IV - Pero los riesgos de una operación Brancaleone son grandes y hay al menos tres

Conte no dimite y busca desertores en el Parlamento pero será un rifirrafe

Al día siguiente de la retirada de Matteo Renzi, que retiró del gobierno a la delegación de Italia Viva, El primer ministro Giuseppe Conte sube al Quirinale pero no dimite y -no sin algunas pifias en las redes sociales- se prepara para comparecer el lunes en el Parlamento, buscando aquí y allá una decena de simpatizantes (¿cómo llamarlos? ¿“Responsables” o nuevos Scilipoti?) para ganarse la confianza de apuntalando su mayoría. Una operación que tiene indudables connotaciones transformistas y que corre el riesgo de alistar un ejército de Brancaleone pero que esta vez también ha pasado por la aduana del Partido Demócrata que, al menos por ahora, se une en torno a Conte y espera cerrar definitivamente las cuentas con Renzi, definido como "poco fiable" sólo por el Cinco Estrellas sino también por el secretario de la Pd, Nicola Zingaretti.

El jefe de la delegación del Partido Demócrata en el gobierno, Dario Franceschini, que siempre tiene la vista puesta en elelección del presidente de la república el próximo año y que, por tanto, corteja desde hace tiempo a Conte y al Cinco Estrellas para que se reserven sus consentimientos, ha tratado de legitimar los intentos de reunir a algún parlamentario disidente de la oposición o de Italia Viva. Pero no será una tarea fácil. Por al menos tres razones.

En primer lugar porque no basta con juntar unos cuantos desertores sino que es realmente necesario juntar una mayoría numérica incluso en el Senado y sin que IV sepa que los márgenes son estrechos. En segundo lugar, porque la derecha no se quedará de brazos cruzados y se prepara para una contraofensiva cazando desertores especialmente en las filas del Cinco Estrellas. En tercer lugar, si la operación de los desertores pro-Conte pasara por, es bastante claro que, aunque ciertamente es legítimo, no se trataría de una operación políticamente cristalina y menos de amplio alcance pero que se parecería mucho a un regateo. Es demasiado fácil imaginar en este momento que las controversias políticas se desperdiciarán y que habrá una pelea en el Parlamento. Incluso si los giros y vueltas están a la orden del día.

Revisión