Un observador atento de los problemas del trabajo y de la negociación colectiva, como señala desde hace algún tiempo Dario Di Vico, la progresiva "cobasización" de las relaciones laborales determinada por una creciente laceración de las relaciones dentro de las confederaciones históricas y por un acercamiento de CGIL e uil a la experiencia radical de sindicalismo de base. De hecho, si se tiene en cuenta la huelgas generales proclamada en los últimos cuatro años, durante la sesión presupuestaria de la CGIL y la UIL, la creciente contaminación emerge claramente entre dos enfoques de las iniciativas sindicales - antes diferentes y ahora adversarios en acelerada conformidad - que caracterizaron el sindicalismo confederal/general y el sindicalismo de base que a lo largo de los años ha absorbido y distorsionado el tradicional sindicalismo autónomo que, con el tiempo, había sido caracterizado como corporativo.
Huelgas generales: ¿protesta simbólica o herramientas de negociación?
En este sentido, según Emilio Reyneri, sociólogo de la Universidad Bicocca de Milán, deberíamos estudiar más Cobas comprender mejor las motivaciones y direcciones de intervención y huelgas cada vez más recurrentes en sectores delicados en contacto directo con los ciudadanos (como el transporte, las escuelas y otros servicios comunitarios). Según Reyneri basta leer las plataformas que convocan a las protestas, que son omnicomprensivas e innegociables y que resaltan claramente que "no se hace huelga para negociar", porque reclamación (es sono talmente genérico hacer prácticamente imposible que sus homólogos los acepten. El huelgas generales se convirtieron en una especie de gran danza de la lluvia, con el que se pide al Estado/divinidad que resuelva – motu proprio – los problemas planteados en las reivindicaciones.
Salarios y malestar sindical: más allá de la simple denuncia
En los últimos tiempos -tras las críticas por parte deocupación dirigido desde hace veinte años a todos los gobiernos en ejercicio- se ha vuelto difícil (incluso para Maurizio Landini) sacia tu sed precario rampante entre los jóvenes, ignorando las tendencias actuales hacia un aumento del empleo permanente y una disminución del empleo temporal, la nueva frontera de las dificultades se ha asentado en el niveles salariales considerados inadecuados si lo comparamos con lo que sucede en otros países. El problema es real, pero no se puede resolver informándolo y pasando la pelota sobre la mesa del gobierno. Necesitamos identificarlos razones y tratar de corregirlos. El Gobierno y las Instituciones pueden actuar como empleadores frente a los empleados públicos de diferentes sectores (y lo están haciendo); puede adoptar una política fiscal que, al intervenir en la cuña de los costes laborales, mejore el salario neto respecto al bruto (y haya hecho estructural la descontribución para las rentas más bajas); podemos poner en marcha nuevos apoyos para las familias (y en los últimos años hemos visto bonificaciones de todo tipo).
Trabajo: un mercado cambiante, pero la negociación va a la zaga
En el ámbito del empleo, la brecha del llamado ejército de reserva que debilitó la poder de negociación de los sindicatos y trabajadores; ahora la crisis se ha trasladado en gran medida a la oferta; Queda mucho por hacer en las cuestiones de desajuste, la adaptación profesional a las nuevas necesidades productivas, la actuación de los centros de empleo y las agencias de empleo para garantizar el encuentro entre oferta y demanda. Pero es deber primordial de los interlocutores sociales revisar los mecanismos de negociación colectiva que sigue siendo la "fábrica" de condiciones salariales (y no sólo) del trabajo. Durante 2024 hubo un importante impulso hacia la negociación colectiva sectorial con aumentos salariales. Como escribió otro experto en relaciones laborales, como Penélope Nunzia su el diario de trabajo de la que es subdirectora: “Pero en una Italia distraída cada día por numerosas y en su mayor parte vanas controversias, esa tarea básica que corresponde al sindicato, es decir, la negociación, no es noticia. Ni siquiera si el único antídoto real contra la maldición de los salarios de miseria y el trabajo deficiente reside en la negociación.
Éxitos contractuales: el caso de la banca y otros sectores
En los últimos meses, fuera del foco de la comunicación general, las federaciones profesionales de CGIL, CISL y UIL siempre han seguido realizando su trabajo contractual. Y lo hicieron muy bien (además de unidos), tanto es así que –certificó Penélope– ya hay una larga serie de contratos renovados con éxito. Una serie afortunada inaugurada por productos químicos, que a lo largo de unos meses ha firmado una veintena de contratos en su amplio sector, todos con incrementos de más de 200 euros.
Luego estaba elhazañas de banca, que obtuvo 435 euros: al menos fue noticia, tanto por el importe de la suma como porque la solicitud fue apoyada inmediatamente por el principal grupo bancario italiano, Intesa Sanpaolo. y elAbi no tuvo más remedio que acompañarlo. En la misma línea también se han movido los BCC, que en los últimos días firmaron una renovación por el mismo importe para sus 36 empleados. “En las últimas semanas –y repito: casi ignorados por los medios– se han renovado muchos otros convenios colectivos”. Tanto es así que – recuerda Penélope: “Es la propia OCDE la que reconoce que las cosas están cambiando en los últimos tiempos. Los analistas parisinos afirman que "gracias a las renovaciones de importantes convenios colectivos", en los tres primeros meses de 2024 "se ha producido un aumento de los salarios equivalente al 2,8% más que el año pasado". Y la perspectiva es que el crecimiento continúe en los próximos dos años: todavía por debajo de la media europea, por supuesto, pero todavía por encima de la inflación, por lo tanto con una aunque ligera recuperación del poder adquisitivo".
Reformar la negociación: el verdadero antídoto contra el mal trabajo
Pero hay que ir a buscar esta noticia, porque está censurada por los mismos sindicatos protagonistas para no perturbar el orden del equipo que dice representar a una Italia pobre y abandonada, incluso a costa de secreto el buen trabajo de esos mismos sindacati que lloran miseria para poner en circulación solo narraciones que sean capaces de desencadenar esa "revuelta social" a la que aspira Maurizio Landini. Si - como escribió Penélope - el único antídoto real contra la maldición de los salarios de hambre y el trabajo deficiente reside en la negociación, sería apropiado que los interlocutores sociales se preguntaran sobre los límites de la estructura actual y cómo mejorarla. Esto en un contexto en el que el gobernador del Banco de Italia respalda la necesidad de mejores salarios. fabio panetta e indicado por Mario Draghi como medio de apoyo al mercado interior como alternativa a las posibles dificultades de las exportaciones debido a la políticas proteccionistas anunciado por Triunfo.
Pero, ¿es suficiente la actual estructura de negociación basada esencialmente en el contrato sectorial nacional para lograr el objetivo de un mayor crecimiento salarial? El convenio colectivo tiene la ventaja de ofrecer un tratamiento económico y regulatorio mínimo a toda una categoría, pero precisamente por eso termina demostrando su sostenibilidad para empresas marginales y por una duración de un número adecuado de años en un contexto en el que los cambios económicos y las condiciones de producción cambian en períodos de tiempo más cortos. En la economía globalizada la costo de mano de obra es un factor de competitividad que se puede superar medianteaumento de productividad.
Políticas europeas y crecimiento salarial estancado: ¿qué soluciones?
“Las políticas europeas – dijo Mario Draghi En uno de sus últimos discursos, toleró un bajo crecimiento salarial como medio para aumentar la competitividad externa, exacerbando el débil ciclo ingreso-consumo. Si la UE continúa -añadió- con su tasa media de crecimiento de la productividad laboral desde 2015, dado el envejecimiento de nuestras sociedades, la economía dentro de 25 años tendrá el mismo tamaño que hoy. Esto significa un futuro de ingresos tributarios estancados y superávits fiscales para evitar que aumente la relación deuda-PIB.
Sin embargo, nos enfrentamos a compromisos de gasto que no disminuirán con el PIB. El ex Primer Ministro abordó a continuación la cuestión del trabajo: “Lo que hoy entendemos por reformas estructurales ha cambiado. Hace diez años, el término se limitaba principalmente a aumentar la flexibilidad del mercado laboral y reducir los salarios. Hoy en día, significa aumentar el crecimiento de la productividad sin reemplazar la mano de obra, sino más bien reentrenamiento de personas“. Para confirmar este análisis, cabe señalar que los países que se caracterizan por salarios más altos son los mismos que han acumulado mayores incrementos en la productividad de los factores a lo largo de los años. Pero, ¿es adecuada la estructura de negociación para aumentar la productividad no sólo para compensar los retrasos acumulados, sino también para volver a colocar los salarios en el centro de una nueva política económica? Las herramientas han estado ahí durante años gracias a desgravación fiscal por aumentos salariales descentralizado y destinado a mejorar la productividad y la calidad del trabajo; pero ¿hasta qué punto se utilizan en una jerarquía de fuentes en la que la primacía reside en la negociación colectiva nacional?
Inflación y revaluación salarial: una cuestión de equilibrio
Finalmente, está el problema deinflación. Ahora se consideraba un residuo histórico, hasta que la matrioska de las crisis (salud, materias primas, suministro de energía (en gran medida relacionadas con las guerras) provocó un aumento repentino de los precios que afectó el poder adquisitivo de los salarios negociados en un contexto diferente. El sistema de revalorización salarial en materia de inflación se confió al mecanismo IPCA, de cuyo índice se excluyen los efectos de los productos energía importados, que han constituido y constituyen, siguiendo las tendencias geopolíticas, el verdadero punto de inflación fuera de control. Es claro que durante los años de vigencia de un contrato nacional - en la situación dada en el contexto internacional - pueden surgir picos inflacionarios que arruinen los tratamientos económicos previamente negociados.
Cómo mejorar el poder adquisitivo mediante la negociación
Si ésta fuera la nueva realidad, en lugar de añadir un punto más a la plataforma de una huelga general declarada contra desconocidos, ¿no sería mejor entablar negociaciones con las contrapartes para desarrollar un instrumento adecuado a una situación que ha cambiado, la ¿Qué efectos se importan en términos negativos también para los trabajadores? No se trata de restaurar otra escalera mecánica que funcione como fijador de la inflación. Cuando en 1993 fueron definidos en protocolo ciampi las funciones de los niveles negociadores, encomendando contrato nacional la tarea de protección salarial en comparación con costo de vida, también se estableció un control a mediano plazo para revisar el desempeño de la cobertura garantizada en comparación con la tendencia de la inflación. Evidentemente, los sindicatos prefirieron prescindir de este nombramiento -que ampliaba la duración de los contratos y permitía a las empresas mantener márgenes cuando el nuevo contrato entrara en vigor por si fuera necesario realizar ajustes en el momento de la verificación- para poder dar a los trabajadores un trato mejor lo antes posible.