Cambie el objetivo en el visor por Silvio Berlusconi,. "No haremos campaña electoral contra Monti, pero estamos convencidos de que la austeridad impuesta por la Unión Europea, a nosotros como a otros países, bajo la presión de una Alemania que juega el papel de país hegemónico, con una hegemonía no solidaria sino egoísta, ha puesto a la economía en una espiral recesivo sin fin”. Esta es la explicación que da el Caballero en una entrevista con Bruno Vespa.
En definitiva, el blanco contra el que pretender reunir las distintas almas de los moderados no puede ser el Profesor. El canciller, por otro lado, se quedó desconcertado. Berlusconi lo entendió después de lo que desató con su última rueda de prensa. El sábado pasado, justo después de ser Condenado a cuatro años de prisión en el juicio de Mediaset – el ex primer ministro había adelantado la hipótesis de privar de confianza al gobierno de Monti. Sin embargo, el efecto no había sido el esperado, dado que en los días siguientes la mayoría del PDL se desvinculó del extemporáneo antimontismo del Cavaliere, ampliando la brecha que atraviesa al partido mayoritario en el Parlamento.
En cuanto a la nueva ley electoral, el ex primer ministro ataca la idea de reintroducir preferencias en lugar de listas bloqueadas, sin duda la norma más controvertida del Porcellum. “Las preferencias son una anomalía italiana. Estoy literalmente aterrorizado por el intercambio de votos. No olviden que Fiorito en Lazio y Zambetti en Lombardía fueron elegidos con preferencia”.
Pero Cavaliere, naturalmente, se cuida mucho de no apoyar explícitamente al tan vilipendiado Porcellum ("Es el Partido Demócrata el que lo quiere, no nosotros"), a pesar de que esa ley se aprobó en 2005, cuando Berlusconi estaba en el gobierno.
A estas alturas, sin embargo, el ex primer ministro ha cambiado de opinión. Le gustaría una solución al estilo español, “que implica un umbral alto. También sería conveniente para el Partido Demócrata, porque favorece a los dos primeros partidos, funciona muy bien y garantiza la gobernabilidad”.