Parmigiano Reggiano, Gorgonzola, Caciocavallo, Provolone, Ricotta, Mozzarella, Fiore Sardo, Pecorino, etc. son solo algunos de los Quesos italianos más queridos en el extranjero y que en 2021 son despoblamiento en los mercados internacionales. En los primeros cinco meses del año, las exportaciones a Estados Unidos sumaron aproximadamente 13.635 toneladas, con un salto de más del 120% solo en mayo. Una aceleración que sitúa a Italia en el primer puesto entre los exportadores de queso de este país. Estos son los resultados de una encuesta realizada por CLAL, empresa de consultoría y servicios para el sector lácteo.
Pero el mercado estadounidense no es el único. También de enero a mayo, elexportar a Australia y Canadá registró un aumento de algo menos del 30% respecto al mismo período de 2019. En particular, el mejor resultado desde 2016 se logró en el mercado canadiense, con 2.627 toneladas exportadas (+27,6% respecto al mismo período de 2020). Según el presidente de Confagricoltura, Massimiliano Giansanti, las ventas han sido estimuladas por CETA, el acuerdo económico y comercial entre la Unión Europea y Canadá, que subrayó cómo “el CETA es ventajoso para la agricultura italiana”.
"Los acuerdos comerciales firmados por la UE son, en general, una herramienta válida para apoyar el crecimiento de las exportaciones agroalimentarias italianas", continuó Giansanti, también para la protección garantizada a las indicaciones geográficas. Antes del CETA, por ejemplo, las denominaciones Prosciutto di Parma y Prosciutto San Daniele no podían utilizarse en el mercado canadiense”.
No menos importante Australia. Con alrededor de 2.320 toneladas embarcadas en los primeros cinco meses de este año. Por tanto, datos alentadores pero que esconden una verdad preocupante y poco conocida: el fenómeno de lasonido italiano. Nuestros productos son conocidos en todo el mundo, símbolo de calidad a partir de las materias primas, por ello muchas veces son "falsificados" o se utiliza nuestro patrimonio gastronómico para vender los productos engañando a los consumidores, causando innumerables daños a nuestra economía, a los productores locales, pero también a nuestro nombre.
“Ahora, sin embargo, necesitamos un salto cualitativo en la política comercial de la UE desde el punto de vista de la sostenibilidad ambiental y la protección de los recursos naturales –subrayó el presidente–. Europa debe convertirse en un modelo a seguir a escala mundial. La cláusula de reciprocidad debe incluirse en los acuerdos con terceros países. Básicamente, el mercado único solo puede abrirse a productos obtenidos con normas compatibles con las europeas en materia de seguridad alimentaria, derechos de los trabajadores, sostenibilidad medioambiental y bienestar animal”.
En cuanto a la certificación ambiental de productos, el presidente de Confagricoltura agregó que es necesario “empezar a trabajar para la puesta en marcha de un sistema de certificación ambiental de productos agrícolas. Para Made in Italy sería un reconocimiento adicional, además de la calidad consolidada e indiscutible, para conquistar nuevas posiciones en el mercado mundial". Esto certificaría la calidad de los productos, el cumplimiento de las normas de producción, pero también los derechos de los trabajadores y el bienestar de los animales y el medio ambiente.