Nos enfrentamos a desafíos sin precedentes: el desempleo juvenil, el colapso del sector inmobiliario y, por último, pero no menos importante, la falta de confianza de los consumidores. La prolongada crisis inmobiliaria de China ha ahuyentado al tipo de compradores ambiciosos que tradicionalmente impulsaban las ventas de lujo en China. Una crisis que hace que el consumidor medio se avergüence -como indica una investigación de Bain & Company- de preferir y hacer alarde de productos de lujo, más destinados a clientes de alto nivel. Pero de repente, incluso las personas más ricas de China están evitando hacer alarde de su riqueza en favor de una moda más discreta.
América, Europa y Japón
Nada menos que yo consumidores estadounidenses, particularmente aquellos que aman el lujo ostentoso, se han visto penalizados o al menos afectados por las presiones inflacionarias y un entorno de altas tasas de interés. Esto resultó en una reducción del gasto en varios productos. En Europa Hubo un fuerte aumento de los precios, incluso superior a la inflación. Esto implica que los márgenes de la industria tienen una tendencia a la baja en el año fiscal 2024. Seguir manteniendo altas las opciones de lujo. el mercado japonés gracias a los favorables tipos de cambio del yen. Esperamos que el próximo año sea más prometedor que 2024, pero las actualizaciones de los analistas financieros sólo tendremos que esperar a principios de 2025, ya que hoy todavía no hay indicios de una aceleración en el sector, por lo que los inversores más entusiastas deberán esperar. comprender y luego evaluar.
Los factores que podrían determinar un punto de inflexión
Sabemos que las crisis nos hacen pensar y no duran para siempre, pero para salir del estancamiento las marcas tendrán que afrontar nuevos retos, relacionándose más con el cliente final y por tanto fortaleciendo la marca. En lugar de ceder ante la crisis, deberán abordarla como una oportunidad para implementar estrategias de transformación y prepararse para el futuro. Las marcas a menudo han ignorado, y siguen ignorando, a las nuevas generaciones, especialmente a las Gen z , sus expectativas intentando en cambio aumentar el precio, lo que ahora corre el riesgo de erosionar la confianza de los clientes y clientes potenciales. Al contrario de lo que se podría pensar, para llegar a la próxima generación de clientes, las marcas deben comunicar una historia de marca que resuene profundamente en ellos, creando conexiones basadas en los valores actuales nada menos que el consumo sostenible orientado a la protección del medio ambiente. Esta generación se ve cada vez menos afectada por los símbolos de estatus y más orientada hacia experiencias que reflejan su individualidad y valores éticos. No olvidemos que el lujo siempre ha prosperado no siguiendo a la multitud sino liderando con visión e inspiración. Este es el momento para que las empresas reformulen estrategias para evitar asumir riesgos y para que los inversores no enciendan demasiadas luces sino que esperen a que se resuelvan algunos problemas importantes del mundo real.