Tras los primeros meses de incertidumbre, las acciones de los Países Emergentes han vuelto a correr. La oportuna intervención de los bancos centrales para limitar la depreciación de las monedas locales, la relajación de las tensiones entre Rusia y Ucrania y la relajación de la crisis crediticia en China parecen haber convencido a los inversores para volver a estos mercados.
De hecho, hace ya cuatro meses que los índices bursátiles de los países emergentes han superado a las acciones de los países desarrollados (+13,1% frente al +5,4%). No ha sucedido desde septiembre de 2012. A menudo, invertir en acciones de mercados emergentes choca con el deseo de no arriesgar demasiado. Pero, ¿es realmente así? ¿Son los países emergentes realmente más riesgosos que los países desarrollados?
Nuestro análisis
Hemos hablado varias veces sobre el concepto de riesgo y entre las muchas métricas descriptivas que la "supercalculadora" de Advise Only ofrece (gratuitamente) a sus usuarios, se encuentra el Max DrawDown. Este es un indicador de riesgo que mide la pérdida máxima que genera una variable (en nuestro caso, la bolsa de valores de los Países Emergentes) en un período de tiempo.
En el siguiente gráfico, he comparado el Max DrawDown histórico, es decir, efectivamente realizado, del índice bursátil MSCI de Países Emergentes, con respecto al mismo indicador calculado para las acciones de Países Desarrollados. En este caso, el Max DrawDown cuantifica la pérdida máxima que podría haber sufrido un inversor en un periodo de un año. ¿Qué sugiere el gráfico?
Los mercados bursátiles de los países emergentes eran en realidad más riesgosos, ya que:
- desde 1991 hasta hoy, durante aproximadamente el 80% del tiempo, la inversión de capital en los países emergentes ha generado una pérdida máxima mayor que la de los países desarrollados;
- los momentos de mayores pérdidas se concentraron en la crisis asiática (-54%) y las hipotecashipotecas de alto riesgo (-diez%);
- Hasta ayer, las Bolsas de Valores de los Países Emergentes continuaron generando una pérdida máxima superior a la de los Países Desarrollados.
Esto pone de relieve que, a pesar de la aceleración del mercado y la mejora del clima financiero, no debemos olvidar lo quemados que pudimos haber estado hasta ayer.
Entonces, ¿qué hacer con los países emergentes?
Siempre hemos tenido acciones de mercados emergentes en nuestras Carteras Express, aunque en proporciones variables. Y a medida que las oportunidades de inversión se volvieron más interesantes, primero aumentamos la exposición a acciones (asignación de activos de diciembre de 2013) y luego, aprovechando el aumento en los rendimientos, también nos expusimos a bonos de mercados emergentes (asignación de activos de marzo de 2014).
¿Las razones de este cambio?
En primer lugar, con la inversión de enero a febrero, las valoraciones (es decir, los precios valorados frente a los fundamentos) se habían vuelto demasiado atractivas como para ignorarlas. Además, los fundamentales de los países emergentes en su conjunto nunca han sido cuestionados y la progresiva mejora del Barómetro de Riesgo de los Países Emergentes nos ha convencido de que ha llegado el momento de invertir. Siempre en cumplimiento de nuestros principios cardinales: diversificación y gestión activa del riesgo. En definitiva, invertir sí, pero siempre con cautela.
Para aquellos que deseen invertir una pequeña parte de sus activos en Países Emergentes, he creado una cartera de inversión: Mercados Emergentes. ¡Entra en nuestra web para descubrir su composición!