Un General también está en el campo para sacar a Italia de la pesadilla de los vertederos. Giuseppe Vadala, oficial superior de los Carabinieri, es el comisario único de vertederos. Los que ahora se han convertido en una renta segura para Bruselas, dado que desde 2014 Italia pagó multas de 280 millones de euros.
Pero justo cuando la Comisión de la UE examina el ambicioso PNRR nacional con una huella verde, el Parlamento italiano se entera del general que la situación solo podría normalizarse en 2024. Mientras tanto, el comisionado ya lleva cuatro años en el cargo. Arriba por ahora 81 sitios de escándalo, 51 han sido reclamados o asegurado. Para los 30 restantes todavía se necesitan tres años..
El general Vadalà presentó su informe sobre el estado de los vertederos italianos según un plazo semestral. Una escritura pública que nos remite a la primera sanción de 2014 con un coste de 42,8 millones de euros semestrales.
La multa se redujo hoy a 6.600.000 euros, pero se seguirá pagando hasta que la Unión juzgue finalmente a Italia en orden. ¿Logrará el Comisario único?
El trabajo por hacer es enorme y a menudo las estructuras administrativas no son capaces para hacer lo que esperamos. El escenario habitual: pocos recursos, menos empleados, burocracia desconcertante. El enfoque presentado al Parlamento -pese a la intención de eliminar la sanción, resolver un espinoso problema ambiental y devolver territorios a la comunidad- aún necesita tiempo. Las sinergias con el Ministerio para la Transición Ecológica y los protocolos firmados con las Regiones y Órganos Territoriales se definen como «corales». Pero llevar áreas del país a niveles previos a la contaminación requiere algo más.
Primero un mayor responsabilidad de empresas y productores en la gestión de los ciclos de tratamiento que generan residuos. Al mismo tiempo, invertir en tecnologías y sistemas de vanguardia.
Sabemos que son estructuras imprescindibles para gestionar el ciclo de los residuos desde su origen. Cuestión conocida y esterilizada por ministros y gobernantes que se oponen al sentido común. Siempre está de actualidad, como también destaca el sexto gobierno desde 2014 en el Plan Renacimiento.
“Detrás de una recuperación está el trabajo de técnicos, expertos y administradores”, explicó Ilaria Fontana, subsecretaria del Ministerio de Transición Ecológica. Personas involucradas en estudios de factibilidad, planificación y uso del dinero disponible. Los proyectos que se perfilan apuntan finalmente a la regeneración de territorios devastados. Draghi, Cingolani, Giovannini, Speranza quieren poner dinero europeo allí para reorganizar el medio ambiente y la salud de arriba abajo. Un plan a apoyar que debe hacernos olvidar tres años de embarazosas intenciones de los dos últimos gobiernos. Son los lugares históricos de las iniciativas ambientales, donde los incumplimientos del Estado se suman a molestias generalizadas.
Legambiente lanzó su enésima semana hace una semana campaña por la rehabilitación y el derecho a la salud. Una iniciativa de amplia perspectiva, poco ideológica, que subraya "rebote de competencias y graves retrasos en los tiempos establecidos para los reclamos". Los vertederos que liberan sustancias tóxicas amenazan la salud de los ciudadanos. Urge que se aprueben los Decretos de aplicación de la Ley 132/2016 del Sistema Nacional de Protección del Medio Ambiente (SNPA) para que tengan efectividad operativa y no se escondan detrás de otras burocracias. Son las decisiones políticas las que favorecen el crecimiento de una auténtica economía circular también en Italia. Un sistema económico virtuoso donde no hay lugar para los vertederos pero tampoco para los que están en contra de las plantas de reciclaje y valorización.